Aunque la cada vez más elevada tensión en la Península de Corea no parece que vaya a terminar en una guerra total, la realidad política en Seúl obligará a una represalia convincente de producirse un choque en los próximos seis a nueve meses, y, ante esta coyuntura, parece prácticamente inevitable que se produzcan enfrentamientos de algún tipo.
Por Michael Moran.