Las futuras necesidades que pueden tener las entidades financieras tampoco pasan por alto para Moody's. La decisión de la agencia de calificación de colocar en vigilancia negativa la nota Aa1 de España también se sustenta en la posibilidad de que se produzca un fuerte incremento en el coste de financiación para las entidades bancarias. La penalización no cesa ante la especulación de que las entidades tengan que refinanciar su deuda, en un contexto cuanto menos difícil, y recurrir a futuras ampliaciones de capital. Ante esta incertidumbre, las casas de análisis se muestran más cautas en sus estimaciones y esto está provocando que las previsiones de beneficio por acción de cara a 2011 para las entidades españolas se hayan recortado una media del 15 por ciento en los últimos dos meses y medio, según los datos que recoge la consultora FactSet.
La banca continúa siendo víctima de las dudas que se mantienen sobre la deuda de los países de la periferia europea dado el gran volumen de estos activos que mantienen las entidades financieras españolas en sus balances. Esto pasa ahora factura al beneficio por acción que las firmas de inversión estiman para 2011 en el sector, que se ha visto fuertemente deteriorado desde que los temores se acrecentaran respecto a las economías de estos países, encareciendo la financiación del Tesoro Público español.
Ayer el rendimiento del bono español a diez años cerraba en el 5,45 por ciento en el mercado secundario, alcanzando un máximo en el día del 5,61 por ciento. En las últimas fechas, hasta las Letras del Tesoro se han convertido en competencia directa de los depósitos, deteriorando la cuenta de resultados de la banca. Una frenética escalada al alza que se iniciaba el pasado mes de octubre y con la que paralelamente han ido descendiendo las previsiones de beneficio del consenso de analistas para el sector bancario de nuestro país.
Las entidades medianas -a excepción de Banesto- son las que reciben las rebajas más pronunciadas. La media de analistas ha recortado más de un 20 por ciento el beneficio por acción (BPA) de 2011 tanto de Bankinter como de Sabadell. Si a principios de octubre se esperaba que Bankinter lograra 0,48 euros por acción el próximo año, ahora la cifra prevista se reduce hasta los 0,36 euros y el BPA de Sabadell ha pasado de 0,31 a 0,24 euros en estos dos meses y medio.
Para los dos grandes bancos, las previsiones también han caído un 12 por ciento en el caso de BBVA y un 8 por ciento en Santander. Así, el consenso prevé ahora un beneficio por acción de 1,17 euros para cada uno de los dos bancos. Los descensos en las previsiones para el banco vasco están ligadas a la ampliación de capital realizada para la compra del banco turco Garanti, que tendrá un efecto dilutivo para los accionistas. "En base a nuestras estimaciones de beneficio neto, la operación será dilutiva en un 8 por ciento sobre el BPA 2011", consideran desde Oddo Securities.
Crecimiento a partir de 2012
No obstante, no todo son recortes. El lado positivo también lo encontamos en el banco que preside Francisco González, ya que las estimaciones sobre beneficio neto sí que han aumentado en las últimas semanas. Además, BBVA será la única entidad del Ibex que cierre 2010 con un aumento -del 13 por ciento- en su beneficio neto respecto al ejercicio anterior, mientras que el resto del sector sufrirá descensos que irán desde el 3 por ciento esperado en las ganancias de Banesto al 27 por ciento que se calula para Bankinter.
No será hasta 2012 cuando el crecimiento en el beneficio se extienda a todas las entidades bancarias que en estos momentos cotizan en el principal indicador de la bolsa española, pues de cara al próximo año aún se espera que algunas de ellas -Sabadell, Popular y Bankinter-cierren con un beneficio menor al que registren este año.
El complicado escenario económico en el que la desconfianza en las economías periféricas europeas no consigue ser disuelta, los bancos seguirán siendo los más castigados en bolsa por su elevada exposición a la deuda pública de estos países. Por un lado, el sector ha sufrido una fuerte penalización dada la alta correlación que se ha producido entre los repuntes de la rentabilidad exigida en el mercado de deuda y la cotización de las entidades financieras.
En los últimos dos meses y medio, el precio de los títulos de BBVA ha caído un 17 por ciento, hasta situarse en los 7,832 euros y Santander ha retrocedido hasta los 8,197, acumulando una caída superior al 11 por ciento. Pero el castigo no queda aquí. El elevado peso que supone la deuda de los estados en las carteras de los bancos españoles provoca que se prevean importantes dotaciones a provisiones ante la depreciación de estos activos. UBS señala que el sector necesitará provisionar entre 60.000 y 89.000 millones de euros adicionales por esta razón.
Recapitalizaciones a la vista
Pese a que la banca no haya sido esta vez la más señalada por Moody's -las autonomías se llevan la palma- la agencia de calificación no ha dudado a la hora de recoger las dudas que siembra el sector.
En la sucesiva penalización, además de la exposición a la deuda pública, no deja de contemplarse el patrimonio inmobiliario que las entidades de nuestro país aún poseen en cartera. "Por ahora no se sabe a cuánto ascienden esos inmuebles con lo que es difícil calcular el riesgo que esta partida supone para los bancos. Esto se traduce en que haya incertidumbre en este sentido y que Moody´s vea nuestro sistema bancario con cierta incertidumbre", comenta Soledad Pellón, estratega de IG Markets.
Desde la entidad consideran que las dudas sobre la banca son el menor de los problemas dentro de las tres razones de Moody´s para revisar el rating de España.
En el comunicado remitido ayer, Moody's afirmaba que esperan "necesidades de recapitalización de 25.000 millones de euros en los bancos", considerando un Tier 1 -el ratio de capital de mayor calidad de una entidad respecto al riesgo contraido- del 8 por ciento. Del total de este importe, "el FROB (Fondo de Reestructuración de Ordenada Bancaria) ya ha provisionado 10.500 millones de euros", apunta la agencia. En un supuesto más complicado, Moody's prevé que estas cantidades podrían ascender a 80.000 millones e incluso a 90.000 millones si las entidades tuvieran que cumplir con exigencias de capital mayores que las actuales y en el caso de que el Tier 1 alcance el 12 por ciento.
Algunas firmas de inversión también sostienen cifras similares. En un reciente informe de UBS, la firma calcula que se necesitarán entre 70.000 y 120.000 millones de euros para recapitalizar el sector. Para el banco suizo, el proceso de recapitalización de los bancos españoles será "clave" el próximo año.
Pocos los quieren en cartera
El escenario no invita a tomar posiciones en el sector. Si durante la crisis de Lehman Brothers el efecto contagio giró del sector financiero hacia el gubernamental, en España ese contagio se está produciendo ahora, pero a la inversa. El encarecimiento al que está teniendo que hacer frente el Gobierno español para conseguir financiación está afectando muy negativamente a los bancos, no sólo con mayor exposición al mercado nacional.
El comportamiento de estas entidades en bolsa no hace sino demostrar la falta de confianza que despiertan los bancos entre los inversores. De hecho, BBVA y Santander tienen el dudoso lujo de estar en el top tres de compañías del Eurostoxx 50 que peor comportamiento tienen en 2010, con caídas del 35 y 28 por ciento respectivamente. Además, se han convertido en los bancos, de entre los principales del mundo, con mayor riesgo de impago. Si a principios de año sus CDS cotizaban por debajo de los 90 puntos básicos, ahora lo hacen por encima de los 220 puntos, lo que supone un encarecimiento del 144 por ciento.
Pero esta desconfianza hacia las entidades españoles ha terminado extrapolándose a todo el sector. Los inversores han abandonado la inversión en bancos para concentrarse en sectores menos problemáticos. De hecho, según la última encuesta de gestores publicada por Bank of America Merrill Lynch, el 24 por ciento de los gestores reconoce tener el sector bancario infraponderado en sus carteras y un 28 por ciento hace lo propio con el sector de las aseguradoras, la cifra más alta desde 2005.