Horas antes de una reunión sin precedentes del Partido Obrero en Pyongyang, el líder norcoreano Kim Jong-Il se aseguró el ascenso de su hijo menor, Kim Jong-un, y hermana Kim Kyong-hui como generales de cuatro estrellas en el Ejército Popular. La medida confirma la teoría dominante de que el poder acabará transfiriéndose al hijo. Queda aún por ver si la transición conllevará una situación de liderazgo más colectiva, basada en instituciones formales dentro del Partido Obrero, un culto renovado a la personalidad de un líder supremo o una batalla de poder a por todas.
