A raíz de la visita de funcionarios y empresas energéticas rusas a China a finales de septiembre, ambos países esperan concluir un contrato de suministro de gas natural aplazado desde hace tiempo. El contrato se estancó por cuestiones de precio y porque a China le gustaría un gasoducto específico y no parte de la red de Gazprom. Durante la visita, los funcionarios rusos y chinos inaugurarán una extensión chino-rusa del gasoducto que proporcionará parte de los 300.000 barriles de crudo diarios que Rusia ha prometido a China.