Seleccion eE

Harvard busca ocupante para el sillón de la presidencia...y podría ser una mujer

Estudiantes de la universidad de Harvard Foto: Archivo
Desde luego, 2007 parece que va a ser el año de las mujeres en EEUU. Nancy Pelosi se ha convertido en la primera fémina portavoz de la mayoría demócrata en el Congreso, Hillary Clinton ha oficializado su batalla por convertirse en la primera presidenta de EEUU y ahora Harvard podría estar preparándose para someterse al mando de una mujer.

Pero 370 años de testosterona y alguna que otra declaración un tanto machista demuestran que esta decisión podría hacer temblar los pilares de una de las instituciones educativas más importantes del mundo.

En una de las cunas del conocimiento contemporáneo hierve una inminente batalla de sexos en la que el ex presidente de la institución, Lawrence H. Summers, supo poner su particular guinda al sugerir hace más de un año que las mujeres podrían carecer de las mismas capacidades innatas para las ciencias y las matemáticas con las que la naturaleza premia a los hombres.

A partir de ese momento, un cruce de declaraciones ha teñido de polémica el proceso para elegir al próximo responsable de la universidad, aunque John Longbrake, portavoz de Harvard, no ha querido hacer ningún comentario sobre si el comité que elegirá al sucesor de Summers busca deliberadamente a una mujer para acallar los rumores de discriminación que se ciernen sobre el centro.

Poca presencia de mujeres

Pese a las inadecuadas declaraciones de Summers, lo cierto es que las mujeres destacan muy poco en la actualidad universitaria norteamericana. Según los datos del Consejo de Educación de EEUU (ACE, por su siglas en inglés) sólo un 9 por ciento de las universidades privadas que conceden doctorados tiene presidenta, mientras que el porcentaje crece modestamente al hablar de centros públicos, donde un 16 por ciento de mujeres lleva la batuta.

Una cosa está clara: las instituciones públicas son mucho más abiertas que las enraizadas administraciones de las universidades privadas. En las primeras, los consejos directivos suelen ser rotativos, cambian con mucha más frecuencia e, incluso, los encargados vienen determinados por las autoridades estatales. Además, entre sus miembros suelen verse muchas más mujeres y minorías.

Por el contrario, en casos como el de Harvard, su gobierno o corporation tiene cuatro hombres y dos mujeres, y la última se incluyó el año pasado. La profesora de Georgetown Patricia A. King se ha convertido en la tercera mujer de la historia del centro y en la primera afroamericana en formar parte del núcleo duro de Harvard.

Claire Van Ummersen, supervisora del departamento de la mujer en ACE no dudaba en afirmar que "existe una fuerte tendencia que indica que este tipo de consejos son mucho más conservadores". Pero la explicación a este hecho es sencilla porque "normalmente la mayor parte están compuestos por hombres que hacen mucho más difícil la entrada de una mujer".

Toque femenino

El tumultuoso legado de Summers podría verse suavizado con la llegada de una mujer al poder, aunque su tarea al frente de una universidad con la testosterona por las nubes podría poner numerosas trabas a la posible candidata.

En primer lugar, el desembarco de una fémina podría interpretarse como un movimiento anti Summers que podría poner en peligro sus primeros pasos en la presidencia. Parece mentira, pero entre los propios profesores del centro existe cierto miedo a hacer campaña por la elección de una mujer. Además, muchos creen que la elección de una presidenta podría convertir a la institución en un circo mediático que eclipsaría los problemas reales del centro.

"Cuanto más presionemos para la elección de una mujer, mucha más oposición obtendremos del consejo", declaraba una profesora de la Facultad de Artes y Ciencias, que no dudaba en añadir que "jugar con el género del próximo presidente no hace más que generar rechazo a la elección de mujeres a puestos de liderazgo".

Por su parte, el director del Departamento de Historia de la Universidad, Andrew D. Gordon, dejaba claro en unas declaraciones al Crimson, uno de los periódicos de Harvard, que "aunque una mujer se merezca por méritos propios la presidencia, eso se interpretará como una reacción a las polémicas declaraciones de Summers".

Los puestos clave

Aun así, por mucho que el centro se esfuerce en ofrecer una imagen lejana del dañino machismo y alegue que las mujeres juegan un papel fundamental en la universidad ocupando puestos de responsabilidad en algunas de las instituciones periféricas, lo cierto es que los hombres siguen siendo los responsables de los cargos clave dentro de la Facultad de Artes y Ciencias, así como de ocho de las once escuelas profesionales de Harvard.

El comité de Harvard encargado de buscar al próximo presidente del centro, formado por nueve miembros, ya se ha puesto manos a la obra en la búsqueda del próximo maestro de ceremonias de la institución, pero ya hay problemas: el puesto parece no seducir a las principales candidatas, según revelaba el Crimson citando fuentes anónimas.

Al mismo tiempo, el organismo debe tener en cuenta otros factores como si el elegido o la elegida debe ser una cara conocida del centro, o por el contrario es mejor aire fresco del exterior. También las cuentas juegan un papel fundamental; por eso, la importancia que cobra la investigación científica, económicamente hablando, podría presionar para que el nuevo mandatario tenga que estar especializado en ciencias.

Posibles candidatos

Entre las quinielas que ya se mueven entre las paredes de la institución universitaria más rica y más antigua de EEUU se barajan nombres de candidatos internos como el de la decana de la Escuela de Leyes, Elena Kagan, el historiador Drew Gilpin Faust y Provost Steven Hyman. Entre los nombres ajenos al centro que cobran fuerza en los últimos días están Thomas Cech, presidente del Instituto Médico Howard Hughes, y otro buen número de reconocidos científicos.

Una cosa está clara: en los mentideros de Harvard, tanto estudiantes como profesores esperan impacientes una decisión que seguramente vendrá envuelta de polémica para bien o para mal, por lo que sólo cabe esperar que el próximo presidente de Harvard tenga la suficiente sangre fría para lidiar con todos los elementos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky