"Si decides ponerle a tu Porsche 480 CV, yo al Audi le pondré 500, y además en diésel". Este debió ser el pensamiento previo de los responsables de Audi cuando crearon esta versión del Q7 que, de momento, es un prototipo, pero que en un año se podrá ver volando por las carreteras.
Los cambios externos, a pesar de darle al coche un aspecto más fiero, son lo de menos comparado con la caballería que oculta bajo el capó. Eso sí, destaca su parrilla frontal, rediseñada al estilo de las utilizadas en los Audi S6 y S8.
El motor es una variante del que montaba el Audi que ganó las 24 horas de Le Mans. Así, el Q7 V12 TDI tendrá el motor diésel más potente jamás utilizado en un coche de pasajeros.
Sus 6 litros y 12 cilindros en V entregan 500 CV de potencia y un par máximo de 1.000 Nm entre las 1.750 y las 3.000 rpm. Mantiene la transmisión automática de seis velocidades y la tracción total permanente. Sin embargo, los frenos han sido modificados para poder hacer frente a tanto peso, superior a las 2,5 toneladas.
Como un deportivo
Con semejante propulsor, el Q7 se permite el lujo de firmar unas prestaciones hasta ahora sólo permitidas a los coches deportivos. Así, para el crono en 5,5 segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h alcanza una velocidad máxima, limitada electrónicamente, de 250 km/h.
Los consumos, por las nubes para ser un diésel, resultan muy inferiores a los de sus competidores más directos, como el Porsche Cayenne Turbo S y el Mercedes-Benz ML 63 AMG. La cifra está en 11,9 l/100 km, lo que en un motor de casi 6 litros no resulta exagerado.
