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La decisión de Albert Rivera: la llave que PP y PSOE quieren y que no tiene nombre

Rivera, con Arrimadas, este miércoles en Madrid. Imagen: EFE

La última encuesta electoral, la de El Periódico de Cataluña, ha dado un varapalo a las aspiraciones del Partido Popular -que aún así sigue siendo el partido más votado-, y al Partido Socialista. A los de Rajoy les deja con 100 escaños escasos, y al PSOE le sitúa en la temida horquilla de 82-86 diputados. Más allá dice este jueves el CIS en su primera macroencuesta, a menos 17 días de las elecciones generales, el gran triunfador de los sondeos sigue siendo Ciudadanos, por su posición bisagra y en ocasiones sorpasso del PSOE, e incluso por por un 'empate técnico' con el PP. Rivera dice sentirse con fuerza para cambiar los sondeos. Especial elecciones del 20D.

Este miércoles, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha respondido al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reiterando que no apoyará un Gobierno de Mariano Rajoy tras las próximas elecciones generales, como tampoco apoyará un Ejecutivo socialista.

"No voy a apoyar un Gobierno presidido por Pedro Sánchez y no voy a apoyar un Gobierno presidido por Mariano Rajoy", ha subrayado en la Universidad Camilo José Cela de Madrid, donde ha mantenido un encuentro con unos 200 estudiantes.

Nombres prohibidos

El comentario y las aclaraciones del líder de la formación naranja, sujeto al análisis del discurso político propio de una campaña electoral, es también la respuesta a las reiteradas críticas de PP y PSOE. De un tiempo a esta parte, el PP se obstina en identificar a Ciudadanos con el Partido Socialista. Y advierte a sus votantes que confiar en Rivera es dar el voto al PSOE.

Los socialistas, por su parte, se afanan en comparar la ideología de Rivera con la de un líder de "derechas". Hasta en dos ocasiones se le recriminó Sánchez en el debate organizado por el diario El País, justo después de que Rivera la pidiera su opinión acerca de los pactos propiciados por el PSC, con el soberanismo catalán en algunos ayuntamientos.

El juego de las dos primeras formaciones corresponde a un táctica de campaña. El trabajo es averiguar qué piensa hacer Rivera una vez se conozca el resultado de las urnas. Parece objetivo que ninguno, ni uno ni otro, ni PP ni PSOE, tampoco Ciudadanos vayan a obtener votos suficientes para conformar un gobierno estable. La mayoría de los sondeos coinciden en indicar que la formación ganadora -como tradicionalmente ocurre en España, algo que puede cambiar por primera vez en la corta historia de esta democracia- necesitará sumar apoyos para sacar adelante su proyecto. Y en ese contexto, Ciudadanos, más que Podemos -las encuestas les colocan por debajo del 15% de los votos- es el partido que mejores condiciones tiene para ser bisagra y la llave que todos desean.

Con acuerdos, pactos, o sin ellos, Albert Rivera ha planteado un nuevo escenario. Un nuevo interrogante que incrementa el misterio: ¿Qué ocurriría si finalmente fueran Rajoy o Pedro Sánchez quienes se ven obligados a sentarse con él para negociar el nuevo Gobierno? Rivera, el político español más influyente en Europa, según 'Politico'

Operaciones y ecuaciones electorales

Preciado y criticado al mismo tiempo, el líder de Ciudadanos ya ha manifestado en más de una ocasión que no piensa apoyar a Mariano Rajoy al frente de un nuevo Gobierno. Y este miércoles, a la lista de no presidenciables ha añadido la de Pedro Sánchez. En ambos casos se refiere a ejecutivos liderados por sus primeros espadas, lo que a esta cadena de incógnitas añade el nombre de los políticos, de un lado y de otro que sí apoyaría en el caso de que tuviera que brindar sus votos para que prosperara la investidura del presidente del Gobierno de España. Rivera también ha dicho que no se trata de apoyar o no a Rajoy, o de hacerle primarias a los partidos, si no de apostar por un cambio político que suponga la regeneración del sistema.

En este guirigay de nombres, animando aun más las quinielas electorales, los mentideros políticos -apoyados en la ausencia de Rajoy en uno de los debates televisivos, y en la elección de Soraya Sáenz de Santamaría para que le sustituya en la tribuna- se centran en alentar un arreglo de última hora si Mariano Rajoy no pudiera continuar en La Moncloa.

Se trata de la 'Operación Menina', una operación que consistiría en sustituir a Rajoy por Soraya Sáenz de Santamaría en la investidura de Gobierno, ante la tajante negativa mostrada por Rivera. En realidad, explican algunas fuentes consultadas, la operación se basa en la cesión del escaño de Rajoy para hacer correr la lista hasta el segundo sillón por Madrid, que recae en la vicepresidenta. El único problema de este cambio de cromos, que para fuentes cercanas del PP ha sido diseñada desde la Cuesta de las Perdices, sede del CNI, es que Santamaría no goza de la gracia de la mayoría del partido, tampoco de los barones, y solo es una fontanera de lujo más querida extramuros del PP que dentro. Por si esto no fuera suficiente agravante, Rivera se ha apresurado en señalar que tampoco respaldaría a Santamaría al frente de un Gobierno.

En el caso de que la apuesta final fuera la del PSOE, la testitura también resulta complicada. Los sondeos dan peores resultados a los socialistas que a los populares, y no es la opción favorita de los electores. Sin embargo, es cierto que cabe la posibilidad de que exista un entendimiento entre socialistas y ciudadanos. La prueba piloto ya se ejecutó en Andalucía con Susana Díaz. Ahora, la duda está en saber si, llegado el caso, Rivera exigiría la cabeza de Pedro Sánchez, y en este punto, qué nombre demandaría para reemplazarle en el puesto.

Más allá de los nombres propios, de quinielas y especulaciones (el barómetro del CIS adjudicaba a Ciudadanos en octubre la tercera fuerza política con el 14,7%), Rivera ha dejado en el tablero otra ecuación que encaja con la tendencia marcada en las últimas encuestas electorales y los estudios de algunos analistas políticos. El escenario pasa por aclarar si tras el 20D, el PSOE elegiría apoyar al PP, en un pacto del "bipartidismo decadente", o a Ciudadanos. En un posible acercamiento al PSOE, Rivera riza más el rizo. Preguntado por la posibilidad de gobernar con el apoyo del Partido Socialista y Podemos, ha asegurado que esto podría ocurrir siempre y cuando no le pidan condiciones "inaceptables". "Si no me van a pedir condiciones intentaría gobernar en minoría", ha explicado el líder de Ciudadanos.

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