Richard Restak, neurocientífico, ha trabajado durante décadas ayudando a pacientes con problemas de memoria. Afirma que el cerebro necesita ejercicio diario, como cualquier parte del cuerpo. Para él, no prestar atención a la salud del cerebro puede inducir futuros problemas degenerativos, como demencia o Alzheimer.
El mismo recomienda ejercicios y hábitos que ayudan a fortalecer la memoria y la capacidad cerebral, y comenta que también los asumió en su rutina diaria.
Así, el neurocientífico de 81 años brinda sus 7 reglas para asegurarse de que su cerebro se mantiene despierto y activo.
1. Leer libros de ficción
Si bien Restak comenta que se puede aprender mucho con obras de no-ficción, la ficción exige ejercitar la memoria de principio a fin, pues se debe hacer un esfuerzo por retener una trama compleja con personajes y detalles variados. Según el neurocientífico, la no-ficción suele organizarse en torno a tramas comunes que giran alrededor de intereses personales, y temáticas más conocida por el lector.
Además Restak, que ejerció como neuropsiquiatra durante años, asegura que una de las primeras señales de que alguien desarrolla demencia temprana es perder el hábito de leer novelas.
2. Ponerse a prueba en museos de arte
El experto dice que, al acudir a un museo de arte y observar por ejemplo una pintura que sea de interés, se puede comenzar por estudiar sus detalles hasta que se pueda representar mentalmente. Entonces, Restak pide hacer el esfuerzo por describir la obra sin mirarla. Añade que este ejercicio se puede realizar con cualquier pieza de arte, y es útil para ejercitar y fortalecer la memoria.
3. Siestas de menos de 90 minutos
Un estudio sobre los beneficios de las siestas indica que aquellas que duren entre 30 y 90 minutos, y que se realicen especialmente entre las 13:00 y las 16:00, potencian los recuerdos de la información adquirida antes de la siesta. Además, otras investigaciones respaldan su efectividad a la hora de compensar la falta de sueño nocturno, y en el caso de sufrir insomnio esta es útil para mejorar el rendimiento del cerebro con respecto a la memoria.
El neurocientífico afirma que se ha entrenado a lo largo del tiempo para dormir siestas de exactamente una hora y media, pero que conoce a gente que ha aprendido incluso a descansar solo 15 minutos, asegurando sentirse revigorizados tras ello.
4. Los juegos de memoria
Restak dice que su juego de memoria favorito es "20 Preguntas", done la persona que hace de interrogadora sale de la sala y deja a las demás escoger a un individuo, un lugar o un objeto. Entonces, cuando regrese podrá hacer hasta 20 preguntas para adivinar qué se ha escogido.
El éxito del juego depende de la capacidad de retener las respuestas anteriores, así como de ir eliminando alternativas en base a las contestaciones.
También menciona el ajedrez como una gran alternativa, pues requiere analizar las partidas anteriores para rendir, así como considerar las consecuencias de las decisiones en el presente y el pasado.
5. Ingerir siempre determinados alimentos
Uma Naidoo, psiquiatra nutricional en la Escuela de Medicina de Harvard, ha creado un acrónimo para recordar los alimentos esenciales en la dieta humana.
Se trata de BRAIN FOODS (que en inglés significa "comidas del cerebro"):
-B: Berries and beans /Bayas y judías.
-R: Rainbow colors of fruits and vegetables / Frutas y verduras con los colores del arcoiris.
-A: Antioxidants /Antioxidantes.
-I: Include lean proteins and plant-based proteins / Incluir proteínas magras y proteínasvegetales.
-N: Nuts / Nueces.
-F: Fiber-rich foods and fermented foods / Comidas ricas en fibra y fermentadas.
-O: Oils / Aceites.
-O: Omega-rich foods / Comidas ricas en omega.
-D: Dairy /Lácteos.
-S: Spices / Especias.
Además, el experto menciona que un estudio sobre chocolate realizado en 2020 indica que los flavonoides del cacao, presentes en el chocolate negro, pueden mejorar la memoria episódica en adultos jóvenes sanos.
6. Las imágenes como apoyo
Utilizando el ejemplo de las dificultades que tuvo para aprenderse la raza del perro de su mujer (Schipperke), Restak asegura que ser capaz de convertir cualquier cosa que resulte compleja en una imagen fuerte, extraña o que llame la atención es muy útil para apoyar al cerebro cuando hace un esfuerzo por refrescar su memoria.
7. Evitar apoltronarse
Otro estudio trató con casi 83.000 participantes mostró que aquellos mayores de 80 años que solían ejercitarse no sufrían un riesgo tan alto de demencia como aquellos adultos entre 50 y 69 años que son más sedentarios.
El trabajo muestra que incluso un cambio suave, como puede ser pasar de no hacer nada a comenzar a subir y bajar escaleras o caminar un poco cada día, arrojaba resultados claros. Pero también algo tan simple y necesario como las tareas del hogar parece beneficiar a la memoria y a las funciones sensorial y motora del cuerpo.