Salud Bienestar

La luz LED blanca ahorra energía, pero te roba el sueño

  • Diversos estudios científicos han advertido sobre los efectos adversos para la salud de las bombillas LED
Imagen: Dreams Time.

Desde hace unos años, las administraciones públicas, espoleadas por los llamamientos a la sostenibilidad y al ahorro energético que la crisis convirtió en moda, han emprendido una reconversión del alumbrado público hacia recursos lumínicos con menos gasto energético y mayor duración.

La luz LED emergió entonces como la solución para todos los problemas, y su uso ha sido recomendado en todos los ámbitos, en la privacidad de los hogares y en los espacios públicos.

Sin embargo, desde hace cinco años, diversos estudios científicos que comenzaron en EEUU y se replicaron en universidades europeas (y españolas) han advertido sobre los efectos adversos para la salud de las bombillas LED en su versión de temperatura blanca, la más popular.

Las investigaciones científicas han confirmado que la luz blanca LED es responsable del descenso de secreción de melatonina, una hormona que juega un papel fundamental en los ritmos circadianos del organismo. Se trata del reloj biológico del cuerpo humano, que establece las funciones fisiológicas que debe seguir para su correcto funcionamiento en ciclos de horas, determinados por el sueño y la vigilia.

La melatonina es producida por la glándula pineal, de modo gradual, desde la última hora de la tarde, y su función consiste en facilitar que el cuerpo y la mente entren en una suerte de 'modo descanso' que culminará en el sueño durante la noche. Dormir un mínimo de ocho horas resulta imprescindible para el descanso cerebral y para que las funciones de nuestro organismo se desarrollen con precisión.

Ante esto, la luz blanca de las bombillas de tecnología LED escenifica un engaño a la percepción, que no recibe señales de que la jornada diurna está llegando a su fin y, por tanto, envía orden al hipotálamo de frenar la producción de melatonina que comienza al final de la tarde. Resumiendo, esta luz rompe los ciclos de sueño de las personas e incide, como consecuencia, en mayores riesgos para su salud en forma de enfermedades.

Riesgo para las personas

La Asociación Médica Americana ha sido, hasta el momento, la entidad más relevante en dar la voz de alarma, con la publicación este mismo año de un informe de conclusiones sobre el riesgo para los humanos por el uso de este tipo de bombillas. Esta institución médica ha apuntado que la afección al sueño por parte de la luz blanca LED no solo provocará insomnio, sino que también dará lugar a un aumento de casos de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.

La solución para conciliar el ahorro energético y la seguridad en la salud reside en utilizar una temperatura diferente de color, es decir, elegir luces LED cálidas frente a las blancas. Los científicos también recomiendan que la iluminación en las casas sea cálida, especialmente en el dormitorio y el salón, para contribuir a crear un ambiente de descanso que el cerebro interpretará como el momento de producir melatonina.

Ante estas advertencias, las ventas de bombillas cálidas de LED están aumentando, aunque muchos municipios que ya hayan incorporado la luz blanca en sus luminarias tendrán que replantearse esta elección si no quieren provocar problemas de sueño entre los vecinos. En concreto, el pueblo de Castillo de Locubín, en la serranía de Jaén, se ha prestado para un experimento en el que se medirá con precisión la incidencia en el sueño de esta comunidad. En esta localidad de 5.000 habitantes se irán cambiando en etapas largas las luces de la vía pública de LED blanca a cálida, con lo que se podrá realizar un estudio pormenorizado sobre la incidencia de esta en los hábitos de sueño de la población, según ha informado el diario El Mundo.

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