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Europa advierte a Suiza de consecuencias por la votación sobre inmigración

ZURICH/BRUSELAS (Reuters) - Una votación para restringir la inmigración desde la Unión Europea podría costarle a Suiza su acceso privilegiado al mercado único europeo, dijeron el lunes autoridades de la UE, después de que los habitantes del país alpino respaldasen las limitaciones en un referéndum que desconcertó al sector empresarial.

La votación del domingo fue promovida por el Partido Popular Suizo (SVP), de derechas, que ha aprovechado la preocupación de que la cultura suiza esté siendo erosionada por los extranjeros, que representan casi un cuarto de los 8 millones de habitantes del país.

A la limitación de la inmigración se opusieron enérgicamente el sector industrial suizo y el gobierno en Berna, que se encuentra ahora en la incómoda posición de tener que transformar en ley el resultado del referéndum al tiempo que lidia con la reacción de Bruselas y de grandes vecinos como Alemania y Francia.

"Suiza se ha dañado a sí misma con este resultado", dijo el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, a periodistas a su llegada a Bruselas para una reunión con sus homólogos de la UE.

Para el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, "habrá consecuencias, eso está claro".

"No se puede tener un acceso privilegiado al mercado único europeo y, por otro lado, reducir la libre circulación", argumentó.

La libre circulación de personas y puestos de trabajo dentro de sus fronteras es una de las políticas fundamentales de la Unión Europea. Y Suiza, aunque no forma parte del bloque de 28 países, participa por un pacto con Bruselas.

Desde 2002, los ciudadanos suizos y de la UE han podido cruzar la frontera libremente y trabajar en cualquier lugar, siempre y cuando tengan un contrato o sean trabajadores por cuenta propia.

Responsables de la UE dijeron que el tratado de libre circulación es parte de un paquete de siete acuerdos que se mantienen o se eliminan juntos.

Los acuerdos también incluyen la cooperación económica y tecnológica, la contratación pública, el reconocimiento mutuo de diplomas y certificados, el comercio agrícola, la aviación y el tráfico por carretera y ferrocarril.

"Simplemente no podemos aceptar este tipo de restricciones, esas que fueron aprobadas ayer (domingo)", dijo la portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde. "Esto claramente tendrá consecuencias para el resto de los acuerdos que tenemos con Suiza".

El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, calificó la votación como una medida "preocupante" que mostró que Suiza se está cerrando en sí misma.

"Vamos a revisar nuestras relaciones son Suiza", agregó el ministro a la radio RTL.

INCERTIDUMBRE TÓXICA

Empresarios dijeron que la votación para volver a instaurar cuotas a la inmigración, que ganó por un estrecho margen de 19.526 votantes el domingo, amenaza un pilar clave de la economía suiza, que depende de la UE para casi un quinto de su fuerza laboral.

En Suiza están establecidos el gigante de alimentación Nestlé, las farmacéuticas Novartis y Roche, además de varios grandes operadores de materias primas como Glencore Xtrata y Louis Dreyfus Commodities.

El presidente de la Asociación de Empleadores Suizos, Valentin Vogt, dijo al diario NZZ que la votación creaba una incertidumbre tóxica para los negocios suizos, que ya se enfrentan a la presión en medio de una ofensiva extranjera contra el secreto bancario y una polémica por las favorables tasas de impuestos que algunos cantones suizos ofrecen a las multinacionales.

"¿Cuál es el sentido de invertir en Suiza, si al final no se sabe si uno podrá obtener personal cualificado para llevar adelante sus planes?", preguntó Vogt.

Los bancos suizos, como UBS y Credit Suisse, son particularmente dependientes del flujo de trabajadores extranjeros, con hasta un 25 por ciento de todo su personal procedente de la UE.

"Tememos que la oferta de trabajadores disponibles disminuya", dijo Sindy Schmiegel, de la Asociación Bancaria Suiza. "Podría ser más difícil para los bancos cumplir con sus necesidades de personal".

Aunque el Gobierno suizo instó a los votantes a rechazar el proyecto para la introducción de cuotas a la inmigración, está ahora obligado a formalizar el resultado del referéndum como ley. Tendrá flexibilidad ya que la votación no estableció cuotas específicas.

La ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga, dijo el domingo que el Gobierno planeaba tener el borrador en otoño, antes de presentar sus planes a la UE.

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