Salud Bienestar

El Gobierno limita el acceso a los medicamentos caros

La crisis está retrasando la llegada de nuevos tratamientos ya aprobados y muy eficaces que no se ofrecen en los hospitales por su alto coste lo que ha levantado fuertes críticas entre los enfermos.

El Ministerio de Sanidad decidió hace unas semanas dejar de financiar un grupo de medicamentos de uso cotidiano y bajo precio. La decisión provocó un sinfín de reacciones, muchas críticas con la medida y otras que la comprendían por el ahorro que suponía para el Estado: casi 500 millones de euros al año. Sin embargo, muchos profesionales sanitarios y otros tantos grupos de pacientes han levantado la voz para advertir que el verdadero problema con los medicamentos no es ése, ni mucho menos. El problema, que ha aumentado desde hace meses, está en el acceso a los tratamientos mucho más caros que debe costear la sanidad pública y que a la vez son los destinados a las enfermedades más graves.

Lo saben bien los pacientes y los médicos que tratan tres graves enfermedades: la hepatitis C, el cáncer de próstata y el ictus. Estas tres enfermedades tienen desde hace tiempo nuevos medicamentos en el mercado que mejoran en un amplio margen la tasa de curación de estos enfermos. Pero el tratamiento no les llega. La razón: el precio es muy alto.

Comunidades autónomas

La Fundación de ciencias del medicamento y productos sanitarios (Fundamed) y la Alianza General de Pacientes (AGP) celebraron recientemente en Barcelona una jornada para abordar esta situación, concretamente en Cataluña. Allí, los propios médicos que tratan a estos pacientes denunciaron que los pacientes afectados de estas patologías no están recibiendo los tratamientos más innovadores disponibles en el mercado.

Además subrayaron otra injusticia: las desigualdades entre Comunidades Autónomas y la falta de protocolos científicos y criterios de prescripción de los nuevos tratamientos, en los que se está anteponiendo un criterio económico.

En el caso del ictus, el riesgo más grave de los pacientes anticoagulados, el especialista en neurología del Hospital Mutua de Terrassa, el doctor Jerzy Krupinski, asegura que al menos en Cataluña "se ha frenado la prescripción de estos nuevos tratamientos anticoagulantes alegando excusas científicas cuando en realidad son económicas. Es cierto que por ejemplo dabigatrán etexilato tiene un coste superior al Sintrom, pero si lo analizas, la diferencia no es tanta. El Sintrom supone al año entre 450 y 700 euros por paciente, mientras el coste del dabiagatrán extexilato es de unos 1000 euros. Pero en beneficio para el paciente, la diferencia económica quedaría en nada".

En el caso de los pacientes con hepatitis C, el doctor Ricard Solà, jefe de la Sección de Hepatología del Hospital del Mar de Barcelona, afirma que a diferencia de otros virus "la hepatitis C se puede curar actualmente con dos nuevos tratamientos que han salido". Sin embargo, asegura, "no se están prescribiendo como se debería por su elevado coste. Este precio evidentemente está asociado a su alto beneficio: ¡es que cura la hepatitis C!", exclama el especialista. "Actualmente en España, según donde viva el paciente puede recibir o no este tratamiento". Esta situación, afirma, "está provocando que entre 1.700 y 1.800 pacientes con hepatitis C no están siendo tratados con las últimas terapias".

Remedios contra el cáncer

En los medicamentos contra el cáncer, el doctor Agustí Barnadas, especialista en oncología del Hospital de Sant Pau de Barcelona, destaca que diversos fármacos "que representan innovaciones terapéuticas se han encontrado con diversos impedimentos para ser prescritos que muchas veces no tienen razón de ser". Además, critica que las decisiones se toman desde el punto de vista administrativo y que a menudo son difíciles de sostener porque "lo han hecho sin contar con la representación de asociaciones de pacientes o sociedades científicas".

El doctor Barnadas pone ejemplos de esta discriminación entre hospitales en la aprobación y prescripción de los nuevos tratamientos para el cáncer de mama o de próstata. "Aunque se han aprobado nuevos fármacos porque son más eficaces, éstos tienen un coste más elevado y a menudo son difíciles de financiar porque no se ha aumentado el presupuesto".

En el campo de la Oncología, el Instituto Nacional de Estudios Médico Científicos (Inesme) ha realizado un completo estudio entre profesionales, en el que se ha puesto de manifiesto como la crisis está afectando a la disponibilidad en la clínica de terapias oncológicas innovadoras, lo que estaría afectando a la calidad de vida de los pacientes "e incluso a su supervivencia", según sostiene el presidente del Instituto, el catedrático de Farmacología Jesús Honorato. "Los ajustes presupuestarios en sanidad están mermando la calidad del servicio". En concreto, en el caso de las enfermedades oncológicas, ya sea desde las normativas generadas en las Consejerías de Salud o desde las propias Gerencias hospitalarias, se estarían alterando procesos y desarrollos terapéuticos de alta eficacia que pueden tener un impacto significativo en la eficiencia de los tratamientos y en las mejoras de pronóstico y supervivencia de los pacientes. "Efectivamente hay oncólogos que han percibido una gran disminución, incluso dificultad, para disponer de los tratamientos más innovadores en Oncología".

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