
A todos nos gusta mirarnos en el espejo, pero para las personas que padecen el trastorno dismórfico corporal, condición psiquiátrica que causa una imagen desfigurada de la propia persona, este ritual diario se convierte en una auténtica pesadilla. La imagen de uno mismo distorsionado podría ser el resultado del procesamiento anormal del cerebro de los estímulos visuales
Quienes sufren este trastorno, tienden a fijarse en cada detalle minúsulo de su apariencia, por ejemplo cada mancha pequeña es cada vez más grande, en lugar de fijarse en su rostro en conjunto.
Afecta al 1% de la población
Para el autor principal del estudio, Jamie Feusner uno de los rasgos característicos del desorden dismórfico corporal es que los enfermos piensan que todo el mundo se dará cuenta de su 'imperfección' y que no son capaces de observar su rostro de una forma global.
Como recoge la web de la Universidad de UCLA, investigadores de la Universidad de Los Ángeles (California) "han encontrado en los cerebros de quienes padecen el trastorno dismórfico corporal anomalías en el procesamiento de información visual", especialmente cuando examinan su propia cara. Asimismo, hallaron que los mismos sistemas del cerebro son hiperactivos tanto en el trastorno dismórfico corporal y el desorden obsesivo-compulsivo, lo que sugiere un vínculo entre los dos.