Salud Bienestar

La primera dama de EEUU lidera una campaña contra la obesidad

ALEXANDRIA, EEUU (Reuters) - Responsables sanitarios estadounidenses aprovecharon el poder de convocatoria de la primera dama, Michelle Obama, para lanzar una nueva campaña contra la obesidad, una enfermedad que se puede prevenir y que cuesta miles de millones de dólares a la economía.

Obama, quien estudia hacer de la obesidad infantil una causa, ayudó a hacer trascender esta semana el anteproyecto de la Inspectora General de la Salud, Regina Benjamin, acerca de lo que se puede hacer en la casa, la escuela y el trabajo para revertir la tendencia.

En su primera iniciativa desde que asumió el cargo, Benjamin presentó un informe sobre las consecuencias de la obesidad, dando lugar a un debate nacional en torno del tema.

"El número de estadounidenses, como yo, que están luchando con su peso y con problemas de salud ligados a su peso sigue siendo muy alto", indicó.

El informe de Benjamin enumera las recomendaciones para prevenir la obesidad. Los consejos van desde comer más frutas y verduras hasta agregar "educación física de alto nivel" en las escuelas y abrir más supermercados en las comunidades de bajos ingresos.

La secretaria de Servicios Sanitarios y Humanos, Kathleen Sebelius, dijo en el lanzamiento que el Gobierno de Obama estaba invirtiendo 650 millones de dólares a modo de estímulo económico para el bienestar social y en programas de prevención destinados a frenar la obesidad y el consumo de tabaco.

La responsable presentó a la primera dama como "la jardinera preferida de todos".

Obama, quien ha creado un jardín en la Casa Blanca junto a alumnos de la zona, dijo que la solución a la expansión de obesidad no puede salir sólo del Gobierno. Todos tienen que estar dispuestos a poner de su parte para poner fin a esta crisis de la salud pública, aseveró.

"No será fácil ni pasará de la noche a la mañana. Y no ocurrirá simplemente porque la primera dama lo haya convertido en su prioridad", dijo Obama a una audiencia de hijos de abogados en un centro recreativo en Alexandria, en las afueras de Washington.

"Va a necesitar de todos nosotros. Gracias a Dios, no va a depender sólo de mi".

Dos tercios de los adultos estadounidenses y casi uno de cada tres niños tienen sobrepeso o sufren obesidad, un desorden que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas.

Estados Unidos gasta casi 150.000 millones de dólares al año debido al problema de la obesidad y complicaciones relacionadas. El coste se duplicó desde 1998 y supera el de los gastos vinculados al cáncer, dijo Sebelius.

"Cuanto menos sanos seamos como nación, más subirán los costes del cuidado de la salud y menos competitivos seremos a nivel mundial", señaló.

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