El sarro, también conocido como tártaro o cálculo dental, es uno de los problemas bucodentales más comunes. Pese a que no es habitual darle mucha importancia, lo cierto es que la acumulación de sarro en los dientes y encías puede tener ciertas consecuencias negativas para la salud.
Además de los problemas estéticos derivados de su aspecto desagradable, claro está. ¿Y por qué se forma? Pues bien, está claro: por la acumulación progresiva de residuos de alimentos, restos microbianos y proteínas salivares, que se calcifican alrededor de las superficies de los dientes, como consecuencia de la precipitación de las sales minerales y los iones.
En profundidad
Por tanto, este acúmulo de placa dental debe eliminarse diariamente antes de su calcificación, mediante el cepillado diario tras las comidas, con una técnica correcta, que debe incluir una correcta higiene interdental. Una vez que este conjunto de restos se calcifica y endurece, es aconsejable acudir a un centro especializado para su eliminación.
De ahí que algunos profesionales de la 'Clínica Domusdental' hayan recomendado una serie de remedios caseros que nos pueden ayudar a quitar el sarro de manera sencilla y rápida. Para ello, podemos emplear bicarbonato de sodio, limón o agua oxigenada.
Lista completa
A continuación, el procedimiento:
- Con limón. Podemos llenar de agua tibia una taza y agregarle el jugo de medio limón. Luego, removemos todo y damos un pequeño sorbo para enjuagarnos la boca con la solución. Puede emplearse tanto por la mañana como por la noche.
- Con bicarbonato de sodio. Solo tienes que mojar el cepillo de dientes en agua tibia e introducirlo en una mezcla de sal y bicarbonato de sodio. Más tarde, tenemos que cepillarnos aquellas zonas en las que se acumula el sarro con más frecuencia.
- Con agua oxigenada. Podemos preparar un poco de agua tibia en una taza e incorporarle agua oxigenada. Más tarde, removemos todo bien y hacemos buches de al menos un minuto. Solo quedará que escupamos la mezcla y volvamos a dar otro buche, enjuagando al final con agua fresca para retirar el sabor.