El calor sofocante del verano y la humedad que impregna buena parte de la península disparan la sudoración y nos hacen sentir que nos derretimos a cada paso. Pero hay quienes experimentan un nivel de sudoración que va más allá de lo normal. ¿Cómo saber cuándo el sudor deja de ser simplemente una reacción al calor y se convierte en un problema?
Desde Único Life Clinics, especialistas en estética y salud, explican que la hiperhidrosis es la sudoración excesiva de determinadas zonas del cuerpo y que no siempre está relacionada con calor o ejercicio. En concreto, la doctora Leida Rojas subraya que puede producir sensación de angustia e incomodidad ante la exposición pública.
Es importante recordar que la sudoración es el mecanismo natural que utiliza el cuerpo para regular su temperatura y, cuando esta aumenta, el sistema nervioso activa las glándulas sudoríparas para enfriar el organismo. Asimismo, también puede producirse en situaciones de estrés o nerviosismo, especialmente en las palmas de las manos y el rostro.
Lo que debes saber según los expertos
"La sudoración excesiva, conocida como hiperhidrosis, tiene en muchos casos un componente hereditario y, dependiendo de su tipo, puede estar asociada o no a una causa médica. Así, existen dos tipos: la hiperhidrosis primaria y secundaria. La primera de ellas se produce cuando las señales nerviosas defectuosas provocan una sobreestimulación de las glándulas sudoríparas ecrinas, haciendo que estas se vuelvan hiperactivas. Este problema suele afectar principalmente a las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas y, en algunos casos, el rostro", sostiene la dra. Leida Rojas.
Por otro lado, la hiperhidrosis secundaria se origina como consecuencia de una enfermedad previa o por el uso de ciertos medicamentos, como analgésicos, antidepresivos, tratamientos hormonales o fármacos para la diabetes. A diferencia de la primaria, este tipo puede provocar sudoración excesiva en todo el cuerpo.
Como debe tratarse
La sudoración excesiva tiene diferentes formas de tratamiento. Sin embargo, solo existe una forma de eliminarlo de forma definitiva: quirúrgicamente, mediante un procedimiento llamado Simpatectomía torácica.
Por otro lado, tal y como apunta la doctora Leida Rojas, existe otro tratamiento con el que controlarlo: la infiltración de neuromoduladores en las zonas afectadas por hiperhidrosis, lo que puede reducir significativamente la sudoración excesiva.
"Este tratamiento actúa bloqueando temporalmente las señales nerviosas que estimulan las glándulas sudoríparas, lo que disminuye la producción de sudor en áreas como las axilas, las palmas de las manos o las plantas de los pies. Los efectos suelen durar entre 4 y 8 meses, ofreciendo una mejora sustancial en la calidad de vida, sobre todo en épocas en las que aumenta la temperatura, como el verano", añade la doctora de Único Life Clinics.
De hecho, sobre esto, la experta hace alusión también a que durante esta época se ha incrementado el número de pacientes que solicitan información sobre estos tratamientos. Al respecto, expone cuándo debería elegirse un tratamiento u otro:
"Según la gravedad de los síntomas, el tratamiento de la hiperhidrosis suele seguir un enfoque escalonado. En primer lugar, se recurre a medicamentos anticolinérgicos. Si no hay mejoría, se opta por neuromoduladores infiltrados y, en casos más severos o resistentes, se considera la opción quirúrgica", comenta la experta.
La rutina perfecta para mejorar los síntomas de la sudoración excesiva
Según la doctora Rojas, estas son las principales recomendaciones que se deben tener en cuenta a la hora de seguir una rutina adecuada para mejorar los síntomas de la hiperhidrosis:
- Seguir una higiene exquisita y aplicar los neuromoduladores en las zonas problemáticas, especialmente en las épocas de aumento de las temperaturas.
- Evitar alimentos y bebidas que estimulen la sudoración, como el picante, el café y el alcohol.
- Evitar situaciones de estrés que activen las glándulas sudoríparas.
- Utilizar ropa de algodón o de materiales transpirables que permitan una mejor circulación de aire y ayuden a reducir la humedad.
- Usar antitranspirantes en las zonas afectadas, combinado con una higiene diaria que ayude a controlar los episodios de sudoración.
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