Belleza

Las personas que no pueden parar de tomar el sol en la playa tienen estas características, según la psicología

Foto: Netfalls

La llegada del verano marca para muchas personas el inicio de la temporada de playa y sol. Durante estos meses, es habitual ver a quienes buscan broncear su piel con un objetivo claro: alcanzar ese tono moreno que, además de estar socialmente asociado con la belleza, está vinculado a la producción de vitamina D, la regulación del ritmo circadiano y la mejora del estado anímico.

A pesar de que sea tan popular tostarse al sol, y cuando se hace con moderación y protección puede ser hasta beneficioso, es cierto que cada vez más gente traspasa los límites llegando a desarrollar una obsesión por tener la piel más bronceada y tomar el sol.

Esta patología, como reconoce la página especializada de "Nuestro psicólogo en Madrid", se conoce como tanorexia y modifica directamente la percepción que uno tiene de su cuerpo.

Lo cierto es que esta es una moda relativamente nueva, ya que hasta hace poco la tendencia de estética y belleza eran las personas de tez blanca casi inmaculada. Sin embargo, como otras muchas cosas que la diseñadora Coco Chanel puso de moda, las pieles bronceadas llegaron para quedarse a principios del pasado siglo.

Los diarios de la época recogieron que, tras un fin de semana en su yate, Chanel decidió echar un pulso a los estándares de la alta sociedad y apareció a un convite con un vestido de seda blanca y un bronceado muy marcado. La alta sociedad no tardó en coger esta costumbre.

Si bien tiene ciertos beneficios tomar el sol, según apunta el citado portal por "la producción de vitamina D, la regulación del ritmo circadiano y la mejora del estado anímico a través de la segregación de serotonina. Además, reduce la tensión arterial o alivia diversas enfermedades inflamatorias cutáneas", los riesgos también son considerables.

Todos conocemos que tomar mucho el sol puede fomentar un envejecimiento prematuro de la piel, quemaduras e incluso cáncer.

Qué es la tanorexia

Con esto no nos referimos a las personas que le gusta tomar el sol, sino a las que tienen que tomarlo y están obsesionadas con su bronceado. El mayor problema es que este hábito se convierta en una "patología, irracional y persistente".

Llega a tal punto esta necesidad que muchos recurren a las cabinas de rayos UVA o dejan de usar protectores solares. Hay una "distorsión de la imagen corporal (considerada un tipo de dismorfia corporal) que hace que cuanto más se esfuerza alguien en estar moreno más blanco se ve", exponen los expertos.

Los síntomas psicológicos de la adicción al bronceado

El portal de salud mental recoge una serie de factores de riesgo:

  • Ansiedad y auténtica preocupación por el moreno.
  • Emplean un esfuerzo muy grande y una cantidad de tiempo considerable en aumentar su bronceado para verse bien consigo misma, y este tiempo que toma el sol se va incrementando cada vez más.
  • Siempre compite con sus conocidos, e incluso algunos desconocidos, por tener el mejor moreno de todos.
  • Una frustración constante por cómo se ve su tono de piel.
  • Como otros muchos problemas de este índole, se muestra contrario a ser tratado por tanorexia.
  • No es un trastorno aislado y se pueden encontrar otros relacionados como "depresión, fobias sociales y laborales y el trastorno obsesivo-compulsivo" y en casos severos "trastornos delirantes de tipo somático".
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