El acné es una de las afecciones dermatológicas más comunes y persistentes, tanto en adolescentes como en adultos. A pesar de su prevalencia, todavía existen muchos mitos y errores comunes en su tratamiento. En un vídeo reciente publicado en su cuenta de Instagram, la dermatóloga de @dermisphere ha compartido tres recomendaciones clave sobre lo que nunca haría si tuviera acné, basadas en su experiencia clínica y en la evidencia científica más reciente.
Evitar la proteína whey si hay tendencia acneica
La doctora señala que la proteína whey, derivada del suero de la leche de vaca, puede empeorar el acné. "Se ha demostrado en la literatura que este tipo de proteína puede exacerbar la producción de grasa y hacer que el acné sea más resistente", explica la dermatóloga. En su lugar, recomienda optar por suplementos de proteína vegetal, una alternativa más respetuosa con las pieles grasas o propensas al acné.
Diversos estudios, como los publicados en Dermato-Endocrinology y Journal of the American Academy of Dermatology, han observado una posible asociación entre el consumo de productos lácteos y el empeoramiento del acné, especialmente en adolescentes y deportistas que suplementan su dieta con batidos de proteína whey.
No ignorar que el acné tiene un origen hormonal
El segundo error que muchos cometen, según esta especialista, es pensar que el acné es solo una afección cutánea. "El acné tiene un origen hormonal en todos los casos", explica, subrayando que esto aplica tanto en acné juvenil como en el acné adulto, particularmente en mujeres.
Factores como la producción elevada de andrógenos (como la testosterona y la dihidrotestosterona) estimulan las glándulas sebáceas, generando un exceso de sebo y creando el entorno perfecto para la proliferación de bacterias. Por ello, insiste en que es fundamental consultar con un dermatólogo para realizar un abordaje integral, que contemple análisis hormonales si es necesario.
No confundir piel deshidratada con piel seca
Finalmente, la doctora desmiente una creencia muy extendida: tener acné no es sinónimo de tener la piel seca. "El acné siempre ocurre por una hiperfunción sebácea, es decir, por una producción excesiva de sebo", advierte. Aunque la piel pueda sentirse tirante o deshidratada, esto se debe a la inflamación y al deterioro de la barrera cutánea, no a una falta de grasa.
Por ello, recalca que la piel con acné debe tratarse como piel grasa, aunque se deban usar productos que también calmen la inflamación y restauren la hidratación.