
Cada vez estamos más familiarizados con las siglas en inglés VUCA - Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad- y BANI -Frágil, Ansioso, No lineal e Incomprensible-. Las primeras ayudaron a identificar desafíos y oportunidades de crecimiento empresarial en un entorno cada vez más global y digital. Respecto a BANI, en el artículo Facing the Age of Chaos (2020), el antropólogo estadounidense Jamais Cascio nos invita a replantear nuestra forma de gestionar y adaptarnos a este entorno complejo y cambiante, donde debemos desarrollar estrategias de resiliencia y flexibilidad para alcanzar el éxito.
Ante esta creciente complejidad, la innovación, alineada con la consistencia de una compañía, sigue siendo la clave para crecer de forma sostenible. Es el ingrediente clave que aporta valor real al consumidor y marca la diferencia frente a la competencia. Innovar no solo es inventar o crear, sino que implica a su vez comprender —e incluso anticipar— la evolución de los hábitos de consumo. Y con ello surge una de las grandes preguntas para quienes aspiran a innovar de forma duradera y transformadora: ¿es el consumidor quién anticipa las tendencias, o son las tendencias las que, bien interpretadas, llegan hasta él?
Precisamente fue lo que hicimos hace más de tres décadas cuando nos propusimos que, con solo pulsando un botón, se pudiera disfrutar de una taza de café de la más alta calidad. Posteriormente, en nuestra búsqueda constante por reinventar la experiencia del café, lanzamos Vertuo, un sistema revolucionario y versátil que permite degustar hasta seis tamaños de taza y ofrece una crema rica y generosa.
Las verdaderas tendencias no se imponen: se eligen, cuando responden a una necesidad real. Por eso, los líderes empresariales debemos practicar una escucha social activa y constante, que nos permita anticipar los cambios en los hábitos de consumo y alinearlos con la consistencia de la marca a la que representamos y su propósito. Así nació Nespresso, continuamos con Vertuo y seguimos a día de hoy marcando el camino de la innovación en café introduciendo continuamente nuevas experiencias cafeteras como nuevos sabores o cafés funcionales.
Del valor funcional al emocional
En los últimos años, hemos detectado, a través de la constante escucha activa, la creciente demanda de productos de una calidad superior, donde la sostenibilidad de convierte en un elemento clave. En Nespresso compartimos plenamente esta visión. En algunos casos, empleamos décadas de investigación para crear un café que aúne calidad y respeto por las comunidades y el entorno de origen. También cuando hace años apostamos por transitar hacia un modelo de agricultura regenerativa, más resiliente y que aprovecha el poder de la naturaleza en vez de agotarlo, reduciendo la huella de carbono y las emisiones asociadas.
Los consumidores no solo buscan continuas novedades comerciales, sino sentir una experiencia relevante y conectar emocionalmente con la marca o producto que adquieren. En este sentido, la pandemia potenció, por ejemplo, la corriente Wellness, entendida como el fomento del bienestar personal o autocuidado. En esa constante búsqueda de nuevos sabores, es como nacen las variedades Vivida y Active, los primeros cafés de Nespresso enriquecidos con vitaminas desarrollados para Vertuo.
Las marcas debemos implementar todo nuestro conocimiento sobre el sector para responder a las necesidades de los consumidores. Los procedimientos internos también son parte de ese proceso de innovación: la investigación inicial de nuestros expertos en café, con más de 70 controles de calidad, las diferentes catas, etc. Todo conduce a crear productos relevantes para el consumidor.
En definitiva, la innovación como filosofía de negocio sigue siendo el ingrediente clave para crecer y diferenciarse, especialmente en un entorno marcado por un consumidor cada vez más exigente e informado, lo que lo convierte en un continuo desafío. Y la consistencia, no entendida como repetición mecánica sino como la capacidad de escalar la experiencia sin que se degrade la calidad; compañera imprescindible de esta innovación transformadora, así como del valor que aporta una marca.
Porque es ahí, en ese equilibrio entre lo que el consumidor espera y lo que aún desconoce que desea, donde se encuentran las verdaderas tendencias que definirán el mercado de los próximos años. Donde las marcas con propósito sabrán construir futuro.