
En un país como España, donde la gastronomía, la cultura y la vida social encuentran en la cerveza una aliada inseparable, no es de extrañar que este sector represente mucho más que una bebida: es un motor económico, un símbolo cultural y un actor comprometido con la sostenibilidad.
Pocos productos tienen un impacto tan transversal. La cerveza representa el 1,3% del PIB español y genera el 2,7% del empleo, con más de 540.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Su papel es especialmente vital en la hostelería, donde llega a suponer el 25% de la facturación, y en la España rural, donde el 30% de los bares en pequeños municipios se identifican como cervecerías, fundamentales para la economía local.
En 2023, España consolidó su posición como el segundo productor de cerveza en Europa, con 41,5 millones de hectolitros. Sin embargo, el sector no es ajeno a las turbulencias: el consumo per cápita cayó un 3,5%, si bien, el consumo fuera del hogar continúa recuperándose de forma sostenida tras el impacto de la pandemia.
El turismo ha sido un aliado crucial para mantener el dinamismo del mercado. Según la Asociación de Cerveceros de España, el 25% del consumo de cerveza viene de los 100 millones de turistas q recibimos. Esta cifra pone de relieve el peso estratégico del sector turístico en la industria cervecera y su papel fundamental en el crecimiento del mercado.
Al mismo tiempo, el mercado ha experimentado importantes transformaciones en los hábitos de consumo. Uno de los fenómenos más significativos ha sido el auge de la cerveza sin alcohol, donde España lidera en el mundo occidental. Hoy representa el 14% del consumo de cerveza y crece con fuerza, impulsada por razones como la conducción responsable o el estilo de vida. En 2024, sus ventas aumentaron un 4%, y tres de cada cuatro consumidores afirman consumirla al menos ocasionalmente.
Este cambio en las preferencias del consumidor ha sido recibido con agilidad por parte del sector, que no solo innova en productos, sino también en procesos. El consumidor actual, cada vez más consciente del impacto ambiental, demanda productos que reflejen valores sostenibles, lo que ha llevado a la industria a reforzar su compromiso en este ámbito. En esta línea, el sector cervecero continúa avanzando hacia modelos de producción más responsables. Actualmente, casi el 46% del volumen de cerveza se comercializa en envases reutilizables, lo que representa un aumento del 12%, comparado con 2013. Además, la adopción de tecnologías más eficientes energéticamente y con menor huella de carbono son señales claras de una industria en transformación.
Con respecto a las exportaciones, el volumen se mantiene muy por encima de los niveles prepandemia, lo que demuestra la buena salud del producto español en los mercados internacionales. Aun así, la inflación, la evolución de los hábitos de consumo y las exigencias regulatorias plantean desafíos que exigen estrategia, innovación y unidad sectorial.
Desde Cervezas Gran Vía, creemos que este es el momento de reforzar nuestro compromiso con la calidad, la sostenibilidad y la cercanía al consumidor. Pertenecemos a una industria cervecera dinámica, diversa y preparada para liderar con responsabilidad los cambios del presente y del futuro.
Porque si algo ha demostrado el sector cervecero español es su capacidad de resiliencia. Y con ella, sumada a la innovación y al compromiso, estamos seguros de que la cerveza seguirá siendo mucho más que una bebida: será sinónimo de progreso, encuentro y orgullo nacional.