
El mundo del retail está en constante evolución, adaptándose a nuevas tendencias y hábitos de consumo que demandan estrategias de venta innovadoras, como nuevas experiencias de compra personalizadas, un marketing sensorial que transforma las percepciones, la implantación de tiendas insignia en las mejores esquinas del mundo, la fusión de la compra en línea con la física, la actuación de influenciadores entusiastas, la creación de colecciones cápsula impactantes y la sostenibilidad siempre por bandera. Sin olvidar, en un mercado tan competitivo, la lucha agónica, calle a calle, por la supervivencia del pequeño comercio.
Sin embargo, en este panorama de cambios constantes, un elemento tan sencillo como una bolsa de papel personalizada sigue siendo crucial para proyectar una imagen de marca fuerte y sostenible, tanto para el pequeño comercio como para las grandes cadenas.
Ofrecer una bolsa de papel no debería ser considerado una opción, sino un servicio fundamental para el cliente. El momento culminante del cierre de una venta es cuando se proporciona al cliente una bolsa de papel personalizada con la marca o mensaje promocional, permitiéndoles transportar y proteger sus compras. En ese instante, cuando el consumidor muestra su elección de compra con la bolsa en sus manos, esta se transforma en un impactante anuncio móvil.
Dependiendo del tipo de compra, los consumidores suelen pasear con una bolsa entre 20 minutos y 2 horas. No es lo mismo la compra diaria cerca de casa, la semanal en un centro comercial o un día de compras en el centro de la ciudad. Cuanto más personal y lúdica sea el tipo de compra que se realiza, más tiempo se paseará un cliente con la bolsa, visitando más tiendas y contribuyendo a la difusión de la marca del establecimiento donde ha comprado.
Del total de visitantes que entran en una tienda, aquellos que salen con la bolsa del establecimiento han pasado de ser clientes potenciales a reales, y el testimonio de esa realidad es la bolsa que llevan con la compra realizada. Un directivo de una importante cadena de distribución en España señala cómo notan un aumento en la afluencia de nuevos clientes en sus centros cuantas más personas salen de sus tiendas llevando sus bolsas. La visión de esas bolsas en las calles adyacentes actuaba como un imán para atraer a más compradores.
Lo mismo sucede con los turistas, incluso aquellos que no conocen la ciudad, identifican la cercanía a las tiendas que desean visitar por el aumento de gente que ven llevando sus bolsas por las calles. En el mismo sentido, todos hemos vivido el reclamo y el mimetismo de compra que se produce en los pasillos de los centros comerciales al ver a muchos compradores con una misma bolsa de una marca comercial determinada, piensas que cuando tanta gente ha comprado, alguna oferta ventajosa tendrá.
Según estudios realizados por el instituto Media Analyzer, las bolsas de papel no pasan desapercibidas. El 85% de los transeúntes dirigen su mirada a las bolsas de papel que otros llevan por la calle, prestando especial atención a los mensajes impresos en ellas. Esto demuestra que una bolsa de papel es mucho más que un contenedor; es un medio publicitario eficaz, al alcance de todos los comercios, que captura la atención en espacios públicos. Son las características formales de las bolsas de papel, con su calidad de impresión y fidelidad en la reproducción de los colores de la marca las que ayudan a esa mejor percepción. Un estudio de Ipsos afirma que el 80% de los consumidores consideran que la marca impresa sobre papel es más agradable y atractiva.
En una era donde la conciencia ambiental crece, el mero postureo verde con mensajes aparentes ya no basta. Los consumidores demandan que los comercios demuestren con autenticidad sus valores éticos y ambientales y que se les ayude a adoptar prácticas más respetuosas con el medio ambiente en su rutina diaria. Los consumidores relacionan los valores del comercio donde compran en función de las bolsas que les ofrecen, no todas son igual de respetuosas y sostenibles. Diferentes estudios avalan que los comercios que avanzan en los principios de la economía circular que, además de influir positivamente en el medio ambiente, mejoran su reputación, generan mayores ganancias y aumentan el valor de su marca.
Las bolsas de papel destacan por ser eco-amigables. Su biodegradabilidad, origen renovable y reciclabilidad son aspectos altamente valorados por los consumidores. Según el instituto de investigación LinQ Market Research, el 63% de los consumidores españoles consideran que las bolsas de papel proyectan una imagen positiva de los comercios, reforzando valores como el compromiso ambiental y la adecuación a los deseos de las nuevas generaciones.
Volviendo a la pregunta inicial y completándola, ¿cuánta visibilidad y notoriedad se está dispuesto a perder si salen los compradores de un establecimiento sin su bolsa de papel? La respuesta es que hay que considerar la importancia de mantener y ofrecer a los clientes un elemento básico como las bolsas de papel, que no solo facilitan la experiencia de compra, sino que también refuerzan la sostenibilidad y el compromiso de la marca. Una simple bolsa de papel puede convertirse en un símbolo potente de identidad y valores de una empresa, dejando una imagen y presencia duradera tanto en el entorno inmediato como en el más amplio, dentro de los hogares de los consumidores que las reutilizan para volver a comprar o llevar sus cosas.