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Europa da una vuelta de tuerca para reducir el desperdicio alimentario y los residuos textiles

La UE regula cómo reducir el desperdicio alimentario / EP

Prevenir y reducir los residuos alimentarios y los que genera la industria textil es una de las prioridades en materia medioambiental de la Unión Europea, donde se generan cada año 60 millones de toneladas de residuos alimentarios (131 kilos por persona) y 12,6 millones de toneladas de residuos textiles.

La Comisión Europea propuso una revisión específica de la Directiva Marco de Residuos (DMR en julio de 2023 y el pasado miércoles la Comisión de Medio Ambiente (ENVI) del Parlamento Europeo aprobó su informe junto con algunas enmiendas en su afán por reducir la cada vez mayor generación de residuos alimentarios y textiles.

La Comisión adoptaba así una posición esta semana en lo referente a la propuesta de revisión de la directiva marco sobre residuos, tanto alimenticios como textiles. La Eurocámara ya tiene una posición clara y está previsto que el pleno vote este mes de marzo, aunque será ya el nuevo Parlamento que surja tras las elecciones europeas del mes de junio quien aborde el expediente.

En lo relativo al desperdicio alimentario, la intención de la cámara es aumentar los objetivos vinculantes ya propuestos por la Comisión para reducirlo hasta el 20% en la transformación y fabricación de alimentos, en lugar del 10% prefijado; y hasta el 40% per cápita en el comercio minorista, la restauración, los servicios alimentarios y los hogares en general, en lugar del 30%, si se compara con la media anual entre 2020 y 2022.

Cada país miembro de la Unión Europea deberá garantizar que estos objetivos se cumplen a nivel nacional antes del 31 de enero de 2030, aunque se plantea también la opción de presentar propuestas para introducir objetivos más ambiciosos de cara a 2035, con al menos el 20% y el 50%, respectivamente.

En cuanto a los residuos que provoca la industria textil, solo la ropa y el calzado generan 5,2 millones de toneladas de residuos al año (12 kilos de residuos anuales por persona) y se estima que únicamente se recicla un porcentaje inferior al 1% de los nuevos productos. Por ello, las nuevas normas planteadas por la Eurocámara establecerían sistemas de responsabilidad ampliada para los productores (RAP) y, de esta manera, quienes comercializan productos textiles en la UE sufragarían los costes de la recogida selectiva de residuos, así como su clasificación y reciclado.

Clasificación más eficiente

Varía igualmente el plazo que tendrían los estados miembros de la UE para establecer estos sistemas, que pasaría de los 30 meses propuestos por la Comisión a 18 meses desde la entrada en vigor de la directiva. Los diferentes países deberán garantizar también, antes del 1 de enero de 2025, la recogida selectiva de textiles de todo tipo para su reutilización y reciclado: prendas de vestir, complementos, calzado, ropa de cama, colchones, mantas, alfombras y cortinas, además de productos confeccionados con cuero y cuero artificial, plástico o caucho.

"Aportamos soluciones específicas para reducir el desperdicio de alimentos, como promover las frutas y verduras 'feas', vigilar las prácticas comerciales desleales, clarificar el etiquetado de fechas y donar alimentos no vendidos pero consumibles", asegura la eurodiputada polaca Anna Zalewska que, en cuanto al sector textil, considera que se han "subsanado lagunas incluyendo los productos no domésticos, además de las ventas a través de plataformas en línea".

Sobre la reducción de residuos textiles, la eurodiputada incide en la importancia de supervisar los textiles usados exportados y plantea que "la mejora de las infraestructuras para aumentar la recogida selectiva debe complementarse con una clasificación más eficiente de los residuos municipales mezclados, de modo que se extraigan los artículos que puedan reciclarse antes de enviarlos a la incineradora o al vertedero".

Inseguridad jurídica

Los planteamientos de la Comisión Europea en materia de residuos no acaban de convencer a determinados actores, como Eswet, la organización de proveedores de tecnologías, que considera que la propuesta puede generar inseguridad jurídica.

"Los legisladores de la UE deben elaborar una Directiva Marco de Residuos que ofrezca una protección óptima al medio ambiente europeo y a sus ciudadanos, además de garantizar la seguridad jurídica en los procedimientos legislativos", afirma Patrick Clerens, secretario general de la organización.

Eswet pide al Pleno del Parlamento Europeo y al Consejo Europeo que rechace cualquier enmienda que exceda el ámbito de la actual revisión y mantenga el enfoque de esta modificación exclusivamente para los residuos alimentarios y textiles.

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