El Tesoro portugués ha colocado 750 millones de euros en sendas emisiones de bonos a cuatro y diez años, en las que la demanda superó ampliamente la oferta, aunque con fuerte repunte del interés en comparación con el registrado en emisiones anteriores.
La subasta portuguesa es una nueva oportunidad para medir la actitud del mercado frente a los países europeos que más desconfianza han generado en los últimos meses. Ayer, España, Irlanda y Grecia realizaron sus propias emisiones de deuda pública, y de los resultados se sacó una conclusión que se ha visto hoy reforzada con la subasta portuguesa: los inversores están dispuestos a comprar sus títulos... pero siempre que los intereses sean lo suficientemente atractivos.
En concreto, el Tesoro portugués colocó 450 millones de euros en bonos a cuatro años a un interés medio del 4,695%, en comparación con el 3,621% de la anterior emisión realizada en julio. El ratio de cobertura de esta operación se situó en 3,5 veces, ya que la demanda fue de 1.556 millones de euros.
Asimismo, colocó 300 millones de euros en bonos con vencimiento el 15 de junio de 2020 con un interés medio del 6,242%, frente al interés del 5,312% de la anterior emisión con la misma fecha de vencimiento realizada en agosto. El ratio de cobertura de esta operación se situó en 4,9 veces, ya que la demanda fue de 1.472 millones de euros.
La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos portugueses e irlandeses a diez años respecto al bund alemán se mantenía en los 388 puntos básicos tras la subasta, en línea con los 389,3 puntos básicos en los que cerró la sesión del martes.
Aviso a los periféricos: Financiación no a cualquier precio
