Renta Fija

Bonos: turbulencias a la vista

Si de verdad entramos en una fase de reconstrucción de las curvas de tipos, queda a los rendimientos mucho recorrido alcista a la vista

Seguimos con presión en los bonos tanto en Estados Unidos como en Europa. El sentimiento bajista se nutre de las incertidumbres que giran en torno a los tipos a corto plazo. Wall Street no parece tomarse ahora en serio un recorte de la tasa de la Reserva federal antes del verano o incluso antes de finales de 2007. En Europa, los últimos datos de masa monetaria han añadido leña al fuego y aumentan las probabilidades de que el BCE suba los tipos en febrero. Pero es aún más problemático que no se puedan excluir alzas adicionales como consecuencia del cóctel integrado por la liquidez galopante y la inflación con todo a punto para romper en febrero la meta del BCE.

No debe extrañar el hecho de que las dudas del mercado hayan catapultado los rendimientos de la zona euro hacia su máximo de 2006 – 4,1% - y rumbo al 5% en Estados Unidos. ¿Cabe la posibilidad de que puedan subir más aún? A un inversor en renta fija que ha tenido la mala suerte de comprar bonos hace 3 meses le cuesta mucho pensarlo. Sin embargo, los indicadores de mercado o el análisis técnico mantienen la puerta abierta.

Según la teoría de la opinión contraria, el mercado todavía no se ha vuelto tan pesimista como para anunciar un giro a la baja de los rendimientos. Tampoco es optimista el análisis técnico. Con su cautela habitual, nos recuerda que los rendimientos están pisando niveles de lo más cruciales desde marzo de 2006. Es probable que ahí transcurra la lucha entre alcistas y bajistas y que el resultado marque la tendencia a medio plazo.

Y a los escépticos, no sobre recordarles que más allá de los parámetros técnicos, lo que está en juego es nada menos que una reconstrucción de las curvas de tipos tras el ‘conundrum’ del año 2006. Y no hace falta buscar argumentos muy sofisticados para justificarla. Con un crecimiento más cerca del 3% que del 2% en Estados Unidos, la inercia de la inflación subyacente explica perfectamente la falta de apetito de los inversores al menos hasta que los rendimientos superen con comodidad la barrera del 5%. En Europa, de batirse el 4,1% de forma sostenida, se confirmaría una gran figura de vuelta en cabeza y hombros invertidos que tampoco es muy simpática para los inversores. Al menos mientras prosiga la recuperación económica en un entorno de liquidez todavía demasiado expansionista para calmar los halcones del BCE.

Aun sin haber llegado hasta ahí, se ha encendido la luz roja y tanto el mercado como los más racionales empujan en esa dirección. Es tiempo de cambiar de 'focus' y de ver más allá del 2006 si queremos entender por dónde van los tipos a largo. Mientras tanto, no nos atrevamos a comprar bonos.

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