
La importancia que el uso de las nuevas tecnologías (TIC) está tomando en la vida de la sociedad, hace necesario el acceso universal y garantizado a las mismas; resulta fundamental que todos los ciudadanos puedan y sepan utilizarlas. En buena parte la adaptación que los ciudadanos tengan a éstas marcará en un futuro no muy lejano la diferencia de la calidad de vida.
Cómo afectará este cambio de comportamiento de la sociedad es una de las preocupaciones actuales de la Comisión Europea. Por lo que, desde hace algunos años, se están poniendo en marcha grandes proyectos, como los denominados Horizon 2020 o La Agenda Digital, con el objetivo de analizar los retos sociales a los que nos enfrentaremos en el futuro y qué papel jugarán en ellos el uso de las TIC.
Población más envejecida
Tras estos estudios, se desprende que lo primero que debemos tener en cuenta es que en los próximos años nos encontraremos con una población cada vez más envejecida. Un hecho que, además, lleva consigo el problema de la falta de competencias electrónicas de la población más mayor, lo que afecta en gran medida al aumento de la "brecha digital".
El incremento de la esperanza de vida también provoca la subida del gasto público y sanitario, los conflictos intergeneracionales, etc. Pero todos ellos se pueden solventar, en gran medida, promoviendo la total adaptación de los ciudadanos a las nuevas tecnologías. Se trata así de fomentar el envejecimiento activo y saludable de la población.
Al problema de una sociedad mayor y poco adaptada a las TIC, hay que sumar las desigualdades sociales. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación harán posible, entre otras ventajas, ofrecer a los ciudadanos una asistencia sanitaria mejor y personalizada, así como una interacción con las autoridades públicas más rápida y eficaz.
Calidad de vida
Por estos motivos se hará fundamental, en el futuro, la figura de los Agentes de Inclusión Social como multiplicadores de la promoción de la calidad de vida a través de las TIC. Uno de estos estudios a nivel europeo, denominado el Proyecto SEACW, establece las bases de lo que será este nuevo profesional, que funcionará como un puente para el uso universal de las TIC. Se centrarán en el cuidado y la integración de los grupos en riesgo de exclusión social afectados por la brecha digital, en particular los mayores, que resulta uno de los colectivos más excluidos de los beneficios que ofrecen las herramientas digitales.
Se tratará de una novedosa profesión de futuro, que representará una nueva área de trabajo destinada a cubrir estas necesidades sociales. La formación estará disponible para todos los que deseen obtener una carrera certificada en este terreno, ampliando con ello las capacidades digitales entre la población europea y la formación e información en materia de salud y 'e-salud'. Junto con el lanzamiento de este nuevo perfil de Agentes de Inclusión Social expertos en inclusión digital y en la promoción de herramientas para el Envejecimiento Activo y Saludable, el proyecto SEACW, propone otra iniciativa para conseguir una adecuada adaptación social a las TIC. Se trata de un modelo de certificación, el sello SEACW, para aquellos proveedores de programas informáticos centrados en envejecimiento activo y saludable.
Ana María Rodríguez de Viguri, presidenta de Aliad, Conocimiento y Servicio