Política

El PSOE buscará suavizar la reforma laboral con Podemos y los nacionalistas

  • PNV y PDeCAT rechazan la derogación total pero aceptarían cambios
Foto: Reuters.

El PSOE intentará llevar a cabo una modificación sustancial de la reforma laboral que el Gobierno aprobó en 2012 y que ha permitido crear empleo desde que se inició la recuperación económica. Es lo que se deduce del programa económico del nuevo secretario general, Pedro Sánchez, y de la disposición socialista y de otros partidos como Podemos y ERC a hacer causa común en el Congreso para, al menos, eliminar los aspectos de la norma que ellos consideran más lesivos. Una Proposición de Ley para sustituir el actual marco no está ni mucho menos descartada.

Para ello, el equipo del nuevo secretario general debe buscar una mayoría en el Congreso que supere la que conforman PP y Ciudadanos, partidarios de preservar la norma actual. Si Sánchez logra articula una alternativa, las prioridades del nuevo líder socialista serán suprimir la prioridad de los convenios de empresa a favor de la negociación colectiva para dar más peso a los trabajadores; reducir la temporalidad y la utilización causal de la contratación; elevar el salario mínimo a 1.000 euros de aquí a 2020; y reducir la jornada laboral a 35 horas semanales, según recoge su programa de primarias, Por una nueva socialdemocracia.

Antes de explorar una vía mayoritaria, los socialistas deben resolver su Congreso Federal. En ese sentido, fuentes próximas a Sánchez advierten de que hablar de derogaciones o cambios en el marco laboral es "prematuro", al tiempo que ponen el acento en la necesidad de buscar un proyecto de consenso. Hay que recordar que los tres candidatos llegaron a las primarias con modelos económicos distintos, pero con una coincidencia: la derogación de la reforma laboral. Un pacto de las tres sensibilidades es, en este sentido, factible.

Desde la formación liderada por Pablo Iglesias están dispuestos a respaldar cualquier propuesta en ese sentido, sea quien sea quién lo proponga. "No vamos a trabajar en función de colores", apunta el portavoz de Empleo de la formación morada, Alberto Rodríguez, que da por segura su disposición a llegar a acuerdos con el PSOE para derogar aspectos de la reforma laboral. "Es nuestro caballo de batalla", subraya Rodríguez en conversación con elEconomista, para a continuación señalar como prioridades de su partido reforzar la negociación colectiva, revertir el abaratamiento del despido y limitar la capacidad de las empresas para modificar unilateralemente de forma sustancial las condiciones de trabajo y llevar a cabo despidos objetivos.

Y además, añaden desde Podemos, "creemos que ya que se abre el melón habría que trabajar por la igualdad salarial, garantizar una renta mínima garantizada y avanzar en la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales". Todos estos puntos están incluidos en el programa definitivo que llevó Sánchez a las primarias.

La llave nacionalista

Si PSOE y Podemos pactaran una iniciativa para descafeinar la reforma laboral, necesitarán del concurso de más partidos para superar el previsible voto en contra de PP y C's. Y ahí vuelven a ser decisivos los partidos nacionalistas. ERC, como ya hizo en el Parlament de Cataluña, favorecerá cambios. Bildu, con dos diputados, también lo hará. Los cuatro partidos de izquierda sumarían, en conjunto, 167 diputados, dos menos que PP y C's. Y es ahí donde el papel de PNV y PDeCAT será decisivo. Ambas formaciones confirmaron a este periódico que se oponen "a derogar por derogar", pero sí se muestran abiertos a pactar cambios o mejoras con la izquierda del arco parlamentario.

Desde el PNV hay una apuesta clara por la descausalización del despido, que facilita la aplicación del despido objetivo o colectivo por parte de la empresa y supone "una desprotección de los trabajadores", apuntan fuentes de la formación. Aunque los nacionalistas vascos se oponen tanto a la reforma de Rajoy como a la anterior de Zapatero, se muestran dispuestos a sentarse a negociar aspectos concretos.

Desde PDeCAT apuntan en un sentido parecido. "Pretender volver al modelo de hace diez años en el mundo de hoy, con la tecnología actual y los enormes problemas de desigualdad, es estar fuera de la realidad", advierte Carles Campuzano, portavoz de la formación en el Congreso. Sin embargo, los ocho diputados de este partido sí se mostrarían a favor de cambios, encaminados a "retirar la prioridad del convenio de empresa" y pelear con la temporalidad. "Somos favorables a la mochila austriaca", sentencia Campuzano, recordando que en ese punto defienden tesis parecidas a las de C's y nacionalistas vascos.

Los grupos, ante el modelo laboral

PP: El partido que sostiene al Gobierno insiste en que la reforma de 2012 es la que ha permitido que el ritmo de creación de empleo se sitúe en los 500.000 nuevos puestos cada año.

PSOE: El principal partido de la oposición hizo de la derogación de la reforma laboral la bandera de su programa. Los tres candidatos a primarias apostaban por tumbar esta norma.

Unidos Podemos: Los de Iglesias y Garzón no solo quieren derogar la reforma de 2012, sino la anterior de 2011, obra de Zapatero. Por eso apoyarán cualquier cambio que instigue Sánchez.

Ciudadanos: En contra de derogar la actual reforma, sí es partidario de una mejora a través de la instauración de un contrato único de indemnización creciente, la llamada 'mochila austriaca'.

ERC: ERC ya se unió en abril, y en el Parlament de Cataluña, a PSC y CatSíQueEsPot en una moción contra la reforma laboral del PP. Es un fórmula que puede repetirse en el Congreso.

PNV: Al PNV no le gustan las dos últimas reformas laborales. Están abiertos a retocar aspectos de la norma que acaben con la descausalización del despido, pero rechazan el contrato único.

PDeCAT: "Derogar por derogar y volver a una situación anterior, no", advierten desde la formación, que sí apoyaría restar prioridad al convenio de empresa e impulsar la 'mochila austriaca'.

Otros: Coalición Canaria y Nueva Canarias siempre se han mostrado dispuestos a pactar mejoras o retoques en la reforma laboral. Bildu, por su lado, sería partidaria de la derogación.

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