
Este fin de semana toda España mirará a Ferraz pendiente de unas primarias que marcarán el calendario de los próximos meses y cuyos efectos secundarios se dejará notar especialmente en 2018 si el partido socialista no logra reconstruirse.
A corto plazo, el efecto más inmediato se prevé en los mercados y entre los inversores, que buscan estabilidad. En ese sentido, las casas de análisis coinciden en que una victoria de Pedro Sánchez sería un factor de incertidumbre añadido que puede desestabilizar la legislatura y provocar incluso un adelanto electoral. Algunos expertos advierten además de un efecto más inquietante: el retraso del cumplimiento de los compromisos con Bruselas.
El socio de Masconsulting, Diego Crescente, explica que si el nuevo líder del PSOE escora la postura parlamentaria del partido, la ingobernabilidad puede marcar el futuro político del país. La incapacidad del Gobierno para legislar y avanzar en la política económica, la reforma laboral o los Presupuestos de 2018 puede poner en peligro el objetivo de estabilidad impuesto por la Comisión Europea, "y Bruselas no perdona", apunta Crescente, que nos recuerda lo que ocurrió con Grecia o con Italia.
Este especialista en Comunicación Política nos explica que esto es especialmente relevante para una economía como la española, muy dependiente del crédito del Banco Central Europeo.
Efecto en la prima de riesgo
Esta misma semana, la banca de inversión Nomura advertía de que independientemente de quién fuese el ganador de este domingo -Susana Díaz, Pedro Sánchez o Patxi López-, en el corto plazo podría darse un aumento de la prima de riesgo española, con el mercado contemplando la posibilidad de unas nuevas elecciones en España. Según Nomura, el resultado de las primarias socialistas influirá en gran medida sobre tal posibilidad, sin olvidar la moción de censura presentada por Podemos contra Mariano Rajoy por la corrupción.
Cuestionado sobre este asunto, el director de Operaciones de Redondo & Asociados, Francisco Gómez, coincide en que la victoria de Pedro Sánchez podría interpretarse como un factor de inestabilidad para la economía y los inversores, aunque el riesgo está neutralizado para este año, ya que "lo lógico es que no abrace una moción de censura, sino que tenga como prioridad en reconstruir el PSOE. Por lo menos en 2017 habrá estabilidad", apunta este consultor político.
Arena de otro costal es el panorama del año que viene. Para entonces, y gane quien gane mañana, "si seguimos sin agenda legislativa, podría haber elecciones", apunta Gómez. Este año el apoyo del PNV ha sido clave para sacar adelante las Cuentas y garantizar el año político, pero "el tablero vasco el autogobierno y ETA están volviendo a la agenda", lo que puede complicar el entendimiento futuro entre el PP y los nacionalistas vascos. "Y puede que lo que quiera de más el PNV, el PP no se lo va a poder dar". De tal manera que en la segunda fase de la legislatura que se inicia tras las primarias, "va a ser determinante el papel del PSOE", concluye Gómez. Para este experto, la clave es quién de los dos favoritos tiene más capacidad para llegar a acuerdos con el PP en la legislatura. "A priori, podría parecer que Díaz es más propicia a alcanzar acuerdos con el Gobierno", vaticina. Una percepción bastante extendida y compartida por el citado informe de Nomura, que cree que la victoria de la candidata andaluza "podría alienar al PSOE más hacia el centro".
Un juego de percepciones
La centralidad de Díaz o la podemización de Sánchez no dejan de ser percepciones que pueden diluirse tras la campaña, apuntan otros expertos. El vocal y expresidente de Acop (Asociación de Comunicación Política), David Redoli, nos explica que más allá de quién sea su secretario general, "el PSOE es un partido sistémico" y "siempre va a poder la estructura" frente a los personalismos. Para este experto en comunicación política, el juego de influencias puede tener distintas lecturas. Por ejemplo, en caso del temido adelanto electoral, si Susana Díaz es secretaria general y se acerca mucho a Ciudadanos, "Podemos puede empezar a crecer mucho y convertirse en una opción real de Gobierno", lo que se vería como un foco de inestabilidad mayor.
En cualquier caso, el consenso de los analistas estima poco probable que se materialice el riesgo de adelanto electoral. "Es una cuestión de conveniencia política", apunta Diego Crescente. Este experto nos recuerda que a nadie le conviene volver a las urnas en 2018 con la incertidumbre actual. "Las últimas experiencias nos dicen que las elecciones hoy son una moneda al aire", señala, recordando antecedentes como el Brexit, la victoria de Trump en EEUU o la primera vuelta de las elecciones de Francia.