Quito, 15 ene (EFE).- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró hoy a la Asamblea Legislativa de su país que la cosecha de la "revolución ciudadana" centrada en "reducir la desigualdad", cuyas semillas "sembró" en 2008, "vendrá pronto".
"El tiempo de preparar la tierra y sembrar, se está cumpliendo y empezamos un nuevo momento para avanzar en el camino trazado; es el tiempo de cuidar las semillas sembradas, de ayudarlas a germinar, a madurar y dar frutos. Pronto vendrán los tiempos de cosecha", remarcó el jefe del Estado.
Correa, que tiene este año por delante una nueva elección para seguir en el cargo, a consecuencia de la redacción y aprobación de una nueva Constitución en el país, presentó su informe sobre el estado de la nación, en el que se centró en destacar la gestión económica del Gobierno y los avances que en materia social ha logrado en los dos años que lleva en el poder.
El mandatario, que asumió la Presidencia el 15 de enero de 2007, insistió en que su propósito es "construir una patria más digna y más igualitaria" en "armonía con la naturaleza" y el "buen vivir" de los ciudadanos, aunque aceptó que aún le falta mucho por hacer.
Correa arremetió contra el modelo neoliberal, aplicado en América Latina y en su país en las últimas décadas y dijo que es ese sistema el que ahora ha entrado en crisis en todo el mundo.
"¿Qué es lo que ha entrado en crisis?", se preguntó Correa y remarcó que el problema fundamental es "una forma de acumulación inmoral de riquezas, que deshumanizó la vida, la esperanza y sumió al planeta en la miseria y la ruina y la devastación ambiental".
Para él, "las grandes víctimas del sistema neoliberal fueron los trabajadores", porque "legitimó la explotación" de la mano de obra, por lo que el cambio que lleva a cabo su Gobierno ubica "al ser humano y su trabajo" en el centro de la gestión pública.
Correa insistió en que la "reducción de la desigualdad es, sin duda, el signo de la revolución ciudadana" que lleva adelante su administración.
Defendió la apertura de Ecuador a nuevos mercados, diferentes a los centros tradicionales de intercambio como Estados Unidos y Europa.
El Gobierno de Ecuador ha estrechado sus relaciones con países a los que los analistas consideran aliados ideológicos, como Bolivia, Venezuela y Cuba, así como Irán, China y Rusia.
Además, Correa destacó el papel de Ecuador en la integración de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), colectivo de países formado también por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Para Correa, Unasur, junto a otros instrumentos de integración, como el Banco del Sur, aún en construcción, permitirá a la región superar los impactos de la crisis financiera mundial.
Sin embargo, aseguró que la economía ecuatoriana ha logrado en los dos últimos años fortaleza para afrontar la crisis.
Pese a las dificultades y la crisis, Correa aseguró que el crecimiento alcanzará el 5,3 por ciento en 2008, lo que hace de Ecuador uno de los países que más creció en Sudamérica.
Destacó las últimas medidas adoptadas para impedir que el impacto de la crisis afecte al país, sobre todo en el sector externo, el más vulnerable, según dijo.
Esas medidas apuntan a restringir importaciones, el aumento de aranceles sobre las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), permitidas en periodos excepcionales, la búsqueda de mercados de financiación y la optimización de la inversión pública.
Por otra parte, Correa dijo que su Gobierno apostará por la integración latinoamericana, sobre todo con la creación de una "Organización de Estados Latinoamericanos", sin EE.UU. y con Cuba, que sustituiría en competencia a la Organización de Estados Americanos (OEA).
También abogó por un nuevo orden internacional, al considerar que el actual está "construido con relaciones profundamente desiguales entre los estados".
"Somos partidarios de la libre circulación de personas y de la ciudadanía universal", añadió Correa, que puso énfasis en el llamamiento a los emigrantes ecuatorianos para que regresen al país.