
Es la cara y la voz del PP en el Parlamento europeo, donde se mueve como pez en el agua. La entrevista con Esteban González Pons -concertada para su despacho en Bruselas- se hace finalmente por teléfono, tras cancelarse tres citas, en dos días diferentes, debido a que sus colaboradores no encuentran un hueco libre en su agenda de vértigo.
Cuando le preguntas, a bocajarro, si su etapa en el Parlamento de la UE tiene billete de día y vuelta, sonríe y responde serio que está intentando cimentar una carrera política en Europa.
"El resto de los países suelen tener políticos que hacen su carrera aquí, pero en España siempre queremos regresar y eso hay que cambiarlo. Es hora de que haya españoles con una larga carrera en Europa", afirma.
Sigue teniendo unos registros poco habituales en los dirigentes de la derecha española: una amplia experiencia en cargos de responsabilidad (desde consejero autonómico a diputado o senador) sin demasiados enemigos dentro de sus propias filas.
Es el político heretodoxo que prefiere vestir vaqueros y una camisa blanca impecable, aunque calculadamente desenfadada, al traje y la corbata, y hace gala de su humor envidiable incluso en momentos políticos complicados. Dice que los referéndums fuera de contexto pueden provocar resultados no deseados, que el mapa político europeo se parece al de los años 30 y que solo desde el consenso se debe hacer un cambio constitucional en España.
Añade que el país no está bajo vigilancia, porque hay plena confianza en nuestra economía. Señala que el próximo congreso del PP debe hacerse más pensando en España que en su ombligo y habla de estabilidad, no de renovación.
¿Cómo ve que Renzi, tras haber dimitido, ahora diga que aprovechará el 40% que le apoyó para volverse a presentar?
Renzi ha cometido un error grave al vincular su futuro político al resultado del referéndum. Ahora no tiene ningún sentido que quiera aprovecharse del 40% para volver al poder, cuando el 60% lo ha expulsado. Lo que está claro es que ha metido a la Unión Europea en un nuevo lío.
¿Y que conclusión tenemos que sacar sobre las convocatorias de referéndum, que últimamente parece que las carga el diablo?
Los referéndum no son ni buenos ni malos. Son un método que debe utilizarse cuando corresponde. Fuera de contexto, como cualquier otro instrumento, producen resultados no deseados. El Brexit fue un referéndum que no debía haberse convocado y Renzi provocó que una votación que iba a ser sobre la Constitución terminara siendo sobre su futuro.
Mariano Rajoy se ha mostrado partidario de abrir el debate de la Constitución, siempre que sea por consenso, y tal vez se tenga que plantear un referéndum, ¿no?
España es el país del mundo con más Constituciones en su historia, y sin embargo la de 1978 fue la primera que es de todos los españoles, y no de una mitad de los españoles contra la otra. De hecho, el consenso de la Constitución del 78 es tan importante como la propia Constitución, y por eso no deberíamos abordar una reforma sin que tuviera, al menos, el mismo consenso que tuvo esa. El problema no es el referéndum, es el consenso. Si el referéndum para reformar la Constitución española viene avalado por el consenso no producirá un resultado sorprendente.
¿Cree que PP, PSOE y Ciudadanos pueden ser los tres pilares para una reforma de la Carta Magna? Porque los independentistas y Podemos quieren una demolición e ir a un proceso constituyente...
Sería deseable que, si hay una reforma constitucional, además de Ciudadanos, PP y PSOE, éste incluyera a los nacionalistas no independentistas y en la medida de lo posible a los herederos de los Comunistas, que ahora es Podemos, como ocurrió en el 78.
Podemos quiere alumbrar una nueva ley fundamental que recoja otras demandas, e insiste en que muchos jóvenes no estuvieron entonces y no se sienten representados...
Los de Podemos no estaban en el 78, pero sus padres del Partido Comunista sí. Podemos es el heredero del PCE, y cuando proponen una nueva Constitución que revoque la actual están volviendo a lo más viejo y terrible de la historia de España, que son las Constituciones de unos españoles contra otros. Podemos no pretende aprobar una Constitución nueva de todos, sino hacer una Constitución que separe de España a más de la mitad de los españoles.
Usted tuvo ocasión de conocer a Pablo Iglesias como eurodiputado. ¿Qué partidos estaban ideológicamente próximos a ellos en Europa?
Yo he tenido una buena relación personal con Pablo Iglesias, pero hay que distinguir la persona del personaje político, como en todo. Sus compañeros de viaje en Bruselas son los antiguos comunistas de la República Democrática Alemana, los antiguos terroristas del IRA, además de Syriza, y la extrema izquierda populista europea.
¿Un cambio de la Constitución podría ser un bálsamo de Fierabrás para el asunto catalán? ¿Una Cataluña independiente tendría cabida en Europa?
El problema catalán es muy complejo y no puede tener jamás una solución sencilla. Un cambio de una línea en la Constitución es una solución demasiado sencilla para resolver un problema tan complejo. Por otro lado, una Cataluña independiente siempre estaría fuera de la Unión Europea.
Lo vamos a ver con el caso escocés: los nacionalistas escoceses defienden quedarse dentro de la UE, aunque Reino Unido se marche, y le vamos a decir todos que no, si Reino Unido se va, Escocia se va con él, y si Escocia quiere ser parte de la UE tendrá que romper con Reino Unido y pedir el ingreso, como lo están pidiendo ahora Macedonia o Serbia.
¿Austria le da dado un respiro a la UE o hemos visto las orejas al lobo y eso obliga a estar vigilantes?
Austria le ha dado un respiro a la UE, porque todavía no han ganado los populistas de extrema derecha, y digo todavía, porque con los resultados austriacos en la mano, los populistas de extrema derecha han conseguido el 46 por ciento de los votos. Si las elecciones austriacas del domingo, en lugar de unas presidenciales hubieran sido parlamentarias, la extrema derecha tendría mayoría absoluta en el Parlamento austriaco y, por lo tanto, de cara a las próximas elecciones en ese país hay que tener mucho cuidado.
Pues algo estaremos haciendo mal en Europa, ¿no?
Sí, en Europa tenemos que preguntarnos qué estamos haciendo mal para que la extrema derecha y la extrema izquierda estén subiendo en todo el continente. El mapa político europea cada día se parece más al de los años 30.
¿Y no será que los ciudadanos en Europa le quieren dar un corte de mangas al 'establishment' para mostrar su insatisfacción política?
No es una insatisfacción hacia la UE, aunque se exprese así, ni tampoco es una insatisfacción política. Lo que existe en una gran parte de la clase media europea es una insatisfacción económica y, sobre todo, un miedo terrible al futuro.
¿Ese miedo es por la globalización?
Bueno, efectivamente la globalización que permite que lo que se fabrica en China se venda prácticamente en igualdad de condiciones en Europa hace que los salarios y las condiciones de trabajo tiendan a igualarse en China y en Europa. El mercado laboral funciona como los vasos comunicantes, una gran parte de la clase media europea ha perdido mucho en calidad de vida y en salario, y no cree que vaya a recuperarlo. Esa clase media, insatisfecha con la globalización, expresa su enfado contra la política.
Resulta curioso que una parte importante del Parlamento Europeo esté formado por quienes lo quieren liquidar, ¿no?
De eso sabemos mucho en España, porque una parte del Parlamento español está formado por quienes quieren liquidar y romper España desde dentro. Y lo mismo ocurre en el Parlamento Europeo, que tienen mucha representación, más de la que quisiera, los que quieren romper Europa, y eso hay que tenerlo bien presente para saber actuar.
¿Crece el euroescepticismo, tanto en la derecha como en la izquierda?
Es curioso porque el euroescepticismo es propio de mi generación, pero no de los más jóvenes. De hecho, en el Brexit los más jóvenes votaron todos a favor de quedarse en la UE. Son los ciudadanos de entre 40 y 65 años los euroescépticos, porque son los que están poseídos por el miedo, al presente y al futuro. El euroescepticismo no es otra cosa que miedo, miedo a la globalización, y a la pérdida de calidad de vida.
Aunque Moscovici haya alabado las medidas de austeridad y el avance de la economía española, ¿tendremos que cumplir sí o sí los objetivos del déficit impuestos?
Los españoles no estamos haciendo nada a lo que previamente no nos hayamos comprometido. Es mentira cuando decimos: Europa exige o Europa impone. Europa ni exige ni impone, más que lo que España se exigió y se impuso cuando firmó los tratados o cuando llegó a algún acuerdo económico.
Los objetivos de déficit no los ha decidido un marciano. Los han decidido los ministros de Economía de la zona euro, entre los cuales siempre ha estado un español, y cuando hablamos de cumplir los objetivos de la UE, hablamos de cumplir lo que España se ha comprometido con sus socios. Somos un país cumplidor, y uno de los motores en los que confía la UE, y yo pienso que Rajoy va a tener un protagonismo creciente en la política europea de los próximos años.
Vamos, que no vamos a ver a los hombres de negro por aquí...
Aquí nunca han venido los hombres de negro. El techo de gasto aprobado y los Presupuestos que tiene intención de presentar el Gobierno satisfacen los compromisos adquiridos por España. No hay vigilancia sobre España. En este momento hay plena confianza en la economía española, que es una de las que más crece de la zona euro y de los grandes países la que más crece.
Tanto la Comisión como el Eurogrupo o las instituciones europeas, que antaño hablaban de ajuste y austeridad, ahora hablan de flexibilidad, ¿ese es el camino?
La austeridad quedó atrás. Lo que ahora está buscando Europa es estabilidad y el cumplimiento de compromisos. La economía de la zona euro es una red a la que estamos todos los países miembros ligados. Si uno no cumple sus compromisos, la consecuencia la pagamos todos. Por eso ya no se exige austeridad, se exige estabilidad, cumplir los compromisos adquiridos.
¿Le parece de recibo que un juez español pretenda impedir que se publiquen en Europa las informaciones del 'Football Leaks'?
No conozco suficientemente el caso para poderme pronunciar. Lo que puedo decir es que la libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales que deben ser especialmente protegidos, y que los medios de comunicación tienen la obligación de informar, y más cuando los hechos pueden ser delito.
Su partido celebrará su Congreso en febrero. ¿Será el de la renovación y el cambio generacional?
Mi partido tiene hoy más responsabilidad y no es momento para cambiar equipos, sino para estabilizarlos. En todo caso la renovación debe ser constante, no se hace de un día para otro, y Rajoy ha tenido y tiene una actitud de permanente renovación en el partido.
Pues algunos hablan de incompatibilidades o primarias. ¿No es hora de abordar estos temas?
Incompatibilidades, limitación de mandatos, primarias... Yo pienso que necesitamos un Congreso más pensando en lo que sucede en España que en mirarnos el ombligo. No creo que éste sea un Congreso para seguir centrados en lo que nos pasa dentro, sino en empezar a comprender mejor lo que ocurre fuera.
Pero mientras todos los partidos renuevan a sus dirigentes, en el suyo Cospedal dice que quiere seguir siendo secretaria general. ¿Eso es compatible con ser ministra?
Tenemos que hablar de política. Ya está bien de hablar de nosotros mismos, con todas las necesidades que tienen los ciudadanos.
¿Cómo se ha vivido en Bruselas la crisis del PSOE, sin líder y con Podemos pisándole los talones?
El electorado socialista se está hundiendo, pero no sólo en España. Durante el próximo año los socialistas habrán perdido no sólo a Renzi, sino también a Hollande. En Italia y en Francia están en un momento muy delicado, y también en Alemania. En Grecia prácticamente van a desaparecer. En Gran Bretaña los laboristas siguen sin encontrar su líder, y aunque gobiernan en Portugal, lo hacen con el apoyo de la extrema izquierda. La crisis socialista en España no es una excepción. Nos equivocamos cuando reducimos el problema del PSOE a elegir entre Pedro Sánchez o Susana Díaz. El problema de la socialdemocracia europea es más un problema de identidad que de identidades.
¿En España estamos inmunizados contra la extrema derecha, o la extrema derecha reside en el PP?
El populismo en el norte de Europa, rico, se expresa a través de la extrema derecha, en el sur de Europa, menos rico, a través de la extrema izquierda. No hay extrema derecha en el sur, en Portugal, en España y en Grecia hay extrema izquierda, y en Italia existe un movimiento muy extraño que está a caballo entre la extrema izquierda y la extrema derecha. El populismo en España es neocomunista, es Podemos.
¿Cómo ha visto, desde la distancia, los casos de corrupción?
La corrupción le ha hecho mucho daño a España, a nuestra imagen internacional, y ha dañado nuestro prestigio, tiene que haber tolerancia cero, y efectivamente nosotros hemos pagado un alto precio político por ella, pero se han puesto las medidas para que no vuelvan a repetirse esos casos.
¿Qué le pareció el triste final de Rita Barberá y el debate abierto sobre la presunción de inocencia?
Yo debo hablar poco de la muerte de Rita Barberá, porque era su amigo personal, y la he llorado mucho. El tema de la presunción de inocencia y los juicios paralelos merecía una reflexión ya antes de que muriese Rita. Debemos ser más cuidadosos con la presunción de inocencia y evitar todos, empezando por los políticos, también de mi partido, los juicios paralelos.