
Rita Barberá ha muerto este miércoles a primera horas de la mañana en un céntrico hotel de Madrid, próximo al Palacio del Congreso de los Diputados. Unas horas antes, la exdirigente valenciana, de 68 años de edad, dio pruebas de una frágil salud. EN DIRECTO | Toda la información y reacciones a la muerte de Rita Barberá.
El lunes, Rita Barberá llegaba a las inmediaciones del Tribunal Supremo visiblemente desmejorada. Cansada y con pocas palabras para los medios, y dispuesta a declarar ante Cándido Conde-Pumpido a iniciativa propia por la financiación irregular de su anterior partido.
Según fuente familiares, ya en el interior de la sala Rita manifestó cierto malestar llegando a producirse un pequeño desvanecimiento.
Un día más tarde, Rita Barberá decidió no asistir a la primera sesión plenaria del Senado que tuvo lugar ayer por las cuatro, y donde Mariano Rajoy acudía a responder las preguntas de la oposición. Esta tarde, tenía previsto acudir de nuevo del Senado.
Así, Barberá dejaba vacío el escaño 301 de la Cámara Alta en el Grupo Mixto, al que pertenecía después de renunciar a su acta como miembro del Partido Popular. Desde ayer, su hermana y un sobrino le acompañaban por la tarde cuando ella les comunicó que no se encontraba bien.
Afiliada número 2 del PP de Valencia, esta mañana Mariano Rajoy ha llegado a reconocer que llegó a hablar con ella "hace unos días cuando iba a declarar" al Tribunal Supremo.
Este miércoles, María José, una hermana de la senadora del PP Rita Barberá que se encontraba con ella en el hotel de Madrid en el que ha fallecido, fue la que avisaba a las siete de esta mañana a las urgencias sanitarias del SUMMA al ver que respiraba mal. Rita Barberá se había levantado con una crisis de ansiedad. Después de media hora de reanimación cardiopulmonar de los servicios sanitarios, Rita Barberá moría.
Antes de declarar en el Supremo, la senadora reapareció el pasado jueves en la sesión solemne de apertura de las Cortes, el acto que se celebró en el Congreso con los Reyes y al que acudieron todos los diputados y senadores. Ese día, Barberá apenas recibió el saludo del exministro García Margallo, quien esta mañana ha reconocido que se encontraba muy abatida y pasando por una depresión que le obligaba a tomar una medicación muy fuerte.