Política

¿Peligra la abstención del PSOE? La estrategia de Javier Fernández y Susana Díaz se tuerce en la recta final

  • Hay barones que fueron críticos con Sánchez pero no quieren abstención
Susana Díaz y Javier Fernández, departiendo delante de Miguel Ángel Revilla. Imagen: EFE

Parecía que todo estaba encaminado y que a finales de octubre Mariano Rajoy sería presidente del Gobierno dejando atrás su largo período en funciones. Durante el desfile militar de la Fiesta Nacional se percibía una distensión entre el PP y los dirigentes del PSOE presentes en un marco en el que muchos daban por hecha la abstención de los socialistas. Sin embargo, esta decisión aún no está tomada y están empezando a surgir las primeras complicaciones.

Aunque desde que desembarcó en la gestora socialista como presidente Javier Fernández ha abogado en todo momento por la abstención, al igual que ha hecho la presidenta andaluza, Susana Díaz, con especial énfasis en los últimos días, el presidente asturiano sabía de la dificultad de sacar adelante este propósito en el Comité Federal que deberá celebrarse la próxima semana más allá de las informaciones que apuntaban que ya habría cerra este sentido del voto con Mariano Rajoy en conversación telefónica.

Pese a que hubo un consenso unánime entre cuantiosos sectores del partido en la salida de Pedro Sánchez, una vez cubierto ese flanco no acaba de haber un acuerdo unánime sobre la posición que deba tomar el partido en el Congreso. Dejando atrás la más que evidenciada negativa del PSC así como de los afectos a Sánchez de dar su aquiescencia a Rajoy, hay barones y dirigentes con peso territorial que, aunque no vieron mal la salida del anterior secretario general, tampoco contemplan esta permisividad con el PP.

Según informa hoy eldiario.es, este clima de división incluso entre aquellos que partían del mismo sector ha hecho que el propio Fernández haya cancelado la reunión que tenía prevista celebrar con los barones territoriales para analizar la situación temiendo un 'no' a Rajoy de la mayoría de ellos que le hiciese llegar al Comité Federal con un nimio margen de maniobra.

El hecho de que barones como Ximo Puig (Valencia), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán estuvieran de acuerdo en deponer a Sánchez, pero a la vez hayan mostrado sus reticencias a abstenerse con Rajoy deslizando que quizá serían mejor unas terceras elecciones con otro candidato, postura que ayer suscribió Patxi López, afecto a Sánchez en los últimos meses, abre un frente que no esperaban otras federaciones proclives a la abstención como Extremadura, con Guillermo Fernández Vara como máximo valedor, Asturias, con el propio Fernández y, especialmente, Andalucía.

La circunstancia de ser la federación con más poder territorial y la que más hizo por deponer a Sánchez ha puesto el foco en Susana Díaz y en su mano derecha en la gestora, el portavoz de la misma, quien estos días está teniendo la difícil misión de justificar la decisión de abstenerse en base a evitar unas fatales para el partido terceras elecciones mientras el juicio por Gürtel está envenenando el debate público y el interno.

Esta sucesión de acontecimientos ha hecho, en definitiva, que las voces críticas del PSC y de baronías autonómicas, Francina Armengol en Baleares, hayan subido el tono y hagan caer a la gestora y al PSOE andaluz en que el Comité Federal de dentro de unos días no va ser el "spa" que algún alto dirigente de la formación anhelaba en la recepción en Palacio Real tras la Fiesta Nacional. Curiosamente, la misma cita en la que Díaz deslizó que el acuerdo estaba cerca, dando por hecho el dictamen final del Comité en favor de la abstención.

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