
Destacados barones socialistas intentarán forzar una abstención mínima a Mariano Rajoy en la segunda votación de investidura para evitar la convocatoria de nuevas elecciones. Los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; Aragón, Javier Lamban; y Andalucía, Susana Díaz, junto con destacados dirigentes de la llamada "vieja guardia" felipista, lideran este frente con el objetivo de facilitar al PP las abstenciones que precise, siempre y cuando el presidente del Gobierno en funciones consiga los apoyos de Ciudadanos y Coalición Canaria, que le dejarían a sólo seis escaños de la mayoría absoluta.
El hecho de que el comité Federal del pasado sábado finalizar sin aprobar una resolución política que fije por escrito esta posición de "no" a Rajoy, al contrario que lo que ocurrió el pasado 28 de diciembre, después del 20D., deja la puerta abierta a esta abstención in extremis.
Así, y mientras la balear Francina Armengol y el castellanoleonés Tudanca se cerraron en el "no" definitivo, los presidentes autonómicos que a lo largo de la semana dejaban la puerta abierta a una abstención en último término si el PP llega a su investidura con un acuerdo con otros partidos, reafirmaron su posición en el Comité Federal.
De hecho Fernández Vara insistió en que para ayudar al PP a "resolver problemas primero Rajoy tiene que ser "activo y no diletante", mientras que el castellano-manchego, Emiliano García-Page, apuntó que el PSOE podría analizar su posición "con otro sosiego y con otro concepto si Rajoy va a su investidura con el apoyo de otros partidos.
Y es que de lo ocurrido en el Comité Federal sólo hay una cosa clara, que el "no" a investir a Mariano Rajoy en la primera votación y la negativa a un gobierno de coalición, es lo único que une hoy a un partido profundamente dividido y con una ausencia autocrítica de liderazgo definido.
El todavía secretario general, Pedro Sánchez, sólo fue claro en su compromiso de "liderar la oposición" por lo que "de las tres opciones: abstención, voto a favor o voto en contra, los socialistas votaremos en contra". Algo que, salvo que Sánchez haya conseguido conformar la cuadratura del círculo, hace imposible su otro compromiso, el de evitar nuevos comicios
Porque, aun sin decirlo de forma expresa, al anunciar que irá a la oposición, el candidato socialista renunció implicitamente a intentar formar gobierno en el caso de que Rajoy no consiga os apoyos suficientes para la investidura.
El otro gran punto de controversia en el PSOE es la falta de autocrítica de Pedro Sánchez, quien se mostraba satisfecho por haber evitado ser adelantado por Podemos, a pesar de haber obtenido, por segunda vez los peores resultados electorales de su historia,
Una gran parte de las casi medio centenar de intervenciones fueron muy críticas con el resultado electoral recordando que el PSOE desde 2011 ha perdido la mitad de su representación parlamentaria. Especialmente duro fue Eduardo Madina, quien subrayó que el pasado 26 de junio el PSOE sólo ganó en tres provincias andaluzas y recordó que Sánchez se presentó al Congreso prometiendo que iba a recuperar para los socialistas el terreno perdido. También el presidente de Aragón, Javier Lambán, advirtió que no se puede buscar "responsabilidades externas" y recordó que e r que tanto Rodríguez Zapatero como Alfredo Pérez Rubalcaba dimitieron después de perder las elecciones autonómicas de 2011, el expresidente, y las europeas de 2014, el exministro del Interior.