
Decenas de contratos amañados para favorecer a José Adolfo Vedri, uno de los 13 supuestos financiadores del PP de Valencia, estrecharían el círculo de una trama corrupta en cuyo centro se encontraría la gestión de Francisco Camps. Vedri habría obtenido adjudicaciones por más de 30 millones de euros de varias administraciones controladas por el PP en muchas ocasiones sin publicidad y con de carácter urgente. A cambio, el partido obtendría mordidas del 3%.
Según los datos que publica este lunes la Cadena Ser, José Adolfo Vedri, detenido por supuesta financiación ilegal del PP valenciano en el marco de la 'Operación Taula', habría arrancado su aventura empresarial con la Generalitat en tiempos de Eduardo Zaplana, pero sería a partir de 2003 cuando obtendría el mayor grueso de las adjudicaciones irregulares.
El juzgado de Valencia, cuya pieza de sumario mantiene secreta, cree que José Adolfo Vedri actuaba como financiador del PP de Valencia, que también presidía Camps.
El modus operandi
La manera de obtener dinero para la financiación del Partido Popular era supuestamente a través de las administraciones gobernadas por el partido. Así pues, las mismas concedían contratos de concursos amañados por los que a cambio obtenían mordidas del 3% a cambio.
Según las pruebas de la Cadena Ser, la mayoría de las contrataciones de José Adolfo Vedri llegaban de un procedimiento negociado sin publicidad en las que el Consell invitaba a tres empresas, que finalmente siempre eran tres sociedades de Vedri. Otro de los métodos era la contratación de urgencia, en cuyo la adjudicación era a dedo por lo que no hacía falta publicidad.
Según los investigadores, el PP de Valencia actuó durante años como organización criminal. La trama, en la que destacaban Alfonso Rus, Máximo Caturla, Gerardo Camps, y Francisco Camps, como principal "recaudador y nexo con la caja negra de Génova", según fuentes del caso -un extremo que el expresidente del Consell ha negado a la SER-, disponía de hasta cinco cajas B (con dinero procedente de las mordidas).