
Socialistas y miembros de Podemos echaron mano de una vía paralela como último recurso para lograr un acuerdo, en el que parecían confiar lo mínimo aún estando en curso las negociaciones oficiales.
Según publica el diario El País, desde el 21 de marzo y hasta el 7 de abril, ya pasada la Semana Santa, Pedro Sánchez decidió abrir un cauce secreto de diálogo con otro equipo distinto al negociador para tantear si en un escenario de menor presión mediática Podemos se mostraría más abierto.
Este diálogo 'B' fue iniciado por los jefes de gabinete de sendos partidos, Juan Manuel Serrano e Irene Montero, representando a PSOE y Podemos, respectivamente. Con el buen curso que tomó esta vía alternativa, se sumaron posteriormente miembros del equipo negociador oficial, como Rodolfo Ares, Antonio Hernando y Jordi Sevilla, por los socialistas, e Iñigo Errejón e Ignacio Álvarez, por Podemos.
Aunque en un momento pareció que este diálogo secreto estaba dando sus frutos y que el acuerdo era posible, debido especialmente al talante de Errejón, según El País, finalmente se quebró al comprobar el PSOE que las diferencias mediáticamente cacareadas entre Iglesias y su 'número dos' no eran tales en cuestiones de fondo.
La economía y el 'reparto de sillones', es decir, la participación de Podemos en un futuro Gobierno, fueron los factores responsables de la imposibilidad de alcanzar un pacto, y no el referéndum de Cataluña.