Política

Iglesias acumula más poder interno y Errejón 'contesta' respaldando a Pascual

Errejón e Iglesias, en su escaño del Congreso. Imagen: Reuters

La destitución del hasta anoche secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, abre una brecha sin precedentes en el seno interno del partido desde su formación. Si la marcha en su día de Juan Carlos Monedero fue cauterizada con más unidad interna, esta ejecución política de Pascual evidencia movimientos intestinos de alto riesgo para Podemos en pleno marco de negociaciones tras el 20D. El Consejo regional de Podemos Madrid se reúne hoy tras la destitución de Sergio Pascual.

Aparte de la lectura oficial dada por el aparato del partido y que hace culpable a Pascual, que pese a todo seguirá como diputado en el Congreso por Sevilla, de no haber sabido taponar la herida abierta en el partido en Madrid tras la dimisión de diez cargos, existen otras más veladas que evidencian una acerada lucha por el poder entre las diferentes facciones o corrientes mayoritarias dentro de Podemos.

La primera de estas lecturas es el mayor poder que acumula Iglesias tras esta destitución impulsada por él mismo. Según los Estatutos de Podemos, es la Secretaría General quien tiene que "asegurar la coherencia estratégica, la unidad organizativa interna y la coordinación de las áreas ejecutivas del Consejo Ciudadano". Esto se traduce en que recae sobre Iglesias el nombramiento de un nuevo secretario de Organización y que, durante ese interludio, él mismo y su equipo ostentarán esas funciones que ejercía Pascual.

De este modo, tras la reunión que mantuvo Iglesias anoche en el Congreso y en la que se decidió el cese de Pascual, según informaciones de varios medios, el secretario general se hace con las riendas del aparato territorial en un intento por reforzar la cohesión interna de Podemos en un momento en el que las debilidades en su organigrama puede mermar sus expectativas de negociación con el PSOE o a la hora de concurrir a nuevas elecciones el 26J.

Sin embargo, si el impulso de los actuales estatutos de Podemos supuso una honda división entre los críticos y el que ahora es el aparato oficialista del partido por dar más poderes a Iglesias y su entorno, esta decisión, aunque de carácter provisional en principio, amenaza con generar nuevas fracturas. De hecho, si en un primer momento Pascual cerró filas en torno a Iglesias en Andalucía, delegación de la que procede el ya exsecretario de Organización, cuando la líder regional Teresa Rodríguez amenazaba con alzarse contra la dirección nacional, ahora es esa misma dirección la que le aparta.

Además de la diferente contestación territorial al hecho de que Iglesias aglutine más poder, que se sumaría a los problemas internos del partido en regiones como Galicia, País Vasco, Cataluña, Cantabria, La Rioja o ahora en Madrid, esta serie de movimientos supone una nueva zanja en la relación entre el líder del partido y su 'número dos', Íñigo Errejón.

Si la estrategia a seguir a la hora de conversar con el PSOE amenazaba con acrecentar las diferencias de criterio entre ambos, siendo más agresiva la propuesta de Iglesias, la marcha de diez cargos del partido en Madrid, encabezados por Emilio Delgado, todos ellos cercanos a Errejón, y el consecuente respaldo a Luis Alegre, jefe del aparato en Madrid y cercano a Iglesias, han sido la espita que ha llevado a esta última explosión: y es que Pascual era un cercano al 'número dos' y de hecho hacía las veces de 'mano derecha' de Errejón en el Congreso.

Aunque el propio Errejón no se ha pronunciado directamente, anoche sí que aprovechó para retuitear el mensaje que un resignado Pascual dejó en las redes sociales tras conocer su destitución: "Dos años de dejarme la piel construyendo organización y participación popular. Sigo comprometido con el proyecto de mayorías para el cambio".

Con este pequeño gesto, Errejón contesta al movimiento táctico de Iglesias y deja el terreno despejado a una previsible guerra de posiciones dentro del partido. Algo que se ha visto también en la reacción del propio Delgado, criticando la carta justificatoria que publicó ayer Iglesias y apoyando las consternadas palabras de Pascual. Gesto que han repetido importantes nombres del partido o cercanos a él como el activista pro-consumidores Rubén Sánchez.

Este hecho evidencia también la distancia que parece estar surgiendo entre Iglesias y su equipo más cercano, en el que están nombres como Irene Montero y Rafa Mayoral, frente a los cargos más cercanos al 'número dos' y principal ideólogo del partido, más si cabe desde la marcha de Monedero del organigrama.

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