Política

Por qué a Rajoy no le tose nadie en el PP y por qué a Sánchez le caen chuzos de punta

Rajoy y Pedro Sánchez, antes del debate de la Academia. Imagen: Archivo

En la entrevista concedida este miércoles a Ana Rosa Quintana, el presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy Brey dejó claro que en caso de nuevas elecciones - un escenario por el que dice no apostar porque sería "un fracaso político" - volvería a ser el candidato del Partido Popular. Seguro del acierto de su decisión, ha añadido que a él nadie le ha dicho lo contario.

En un momento en el que las críticas internas crecen por doquier, pero siempre con formato confidencial, confabulador, a modo de quinielas para remplazar desde las tripas del partido y del Gobierno al candidato que se resiste, aparentemente, a dejar el cargo Rajoy emerge de su providencial linealidad para reapostar por sí mismo.

Quién tose a Rajoy

Públicamente, los dirigentes del PP no contemplan el debate. El liderazgo de Rajoy no se discute ante los medios, ni tampoco en las tribunas ejecutivas del partido. Pasado el 20D, habló Aznar, propuso una reflexión y un Congreso, e inmediatamente fue callado recordándole que quien eligió a Rajoy fue él y además lo hizo sin primarias.

Lo cierto es que nadie en el PP se atreve a toser a Rajoy. "A este tío no hay manera de echarlo", confiesa un destacado miembro del PP. Un asesor cercano a Génova 13, consultado por EcoDiario.es, explica este silencio. En su opinión se debe a las esclavitudes laborales de muchos dirigentes conocedores de que es el partido quien les da de comer. Además están los casos de corrupción que salpican a tantos miembros (Acuamed, Taula, Púnica, Gürtel y sus ramificaciones, Bárcenas, Arias Cañete...), por lo que resulta casi imposible que quien esté libre de culpas arroje la primera piedra.

Aún así Rajoy ha perdido muchos apoyos entre los medios de comunicación. Y paradójicamente, su mayor defensor es Felipe González, un órdago que no acaba de entender el socialismo representado por Pedro Sánchez partidario de acercarse a Podemos y de poder conformar una alternativa de Gobierno a Mariano Rajoy.

Entretanto, los movimientos en el PP se reducen a meras escaramuzas. Encuestas que dibujan un escenario agradecido para el PP, pero sin Rajoy; editoriales que ponderan a posibles sustitutos, a unos más que a otros; declaraciones a favor de un determinado dirigente, sugerencias de algún presidente de Comunidad postulando las virtudes y conveniencias de las primarias y los pactos, y los clásicos que siempre se repiten en todas las apuestas y se prodigan en actos y en entrevistas televisivas y radiofónicas, pero que, hasta la fecha, no dejan de enseñar sus cartas... También hay quien calla.

Los chuzos sobre la cabeza de Sánchez

A diferencia del PP, en la casa socialista la política es otra. La predisposición mostrada por Pedro Sánchez de dialogar con Podemos está siendo abiertamente discutida. Casi 24 horas después de las elecciones, el líder de los socialistas recibía la respuesta tajante de una larga lista de barones, en la que la imponen líneas rojas infranqueables, entre ellas la cuestión de la soberanía y en consecuencia el rechazo a un referéndum.

Aunque hay barones que amagan y luego callan cada vez que contemplan una aproximación a Podemos y sopesan las consecuencias que, a nivel nacional, puede acarrear esa querencia, este martes, sin pelos en la lengua, una ristra de exministros del PSOE opinaban al respecto. Exministros como José Bono (quien cenó con Pablo Iglesias), Cristina Garmendia, Elena Salgado, Carlos Solchaga, entre otros, redactaban un documento en el que reclamaban la conformación de un "Gobierno de amplio respaldo", formado por "dos o más partidos constitucionalistas".

Chuzos de punta, que no eran los únicos de estos días. A las advertencias de la Fundación España Constitucional, sobre los efectos que en su opinión puede tener un Gobierno con Podemos, se sumaban las opiniones de las instituciones internacionales, las de Rubalcaba y las de Zapatero, y sobre todo las valoraciones de Felipe González tras reunirse con un grupo de embajadores de la UE, en España. El expresidente del Gobierno apostaba por la fórmula PP más Ciudadanos, con la abstención del PSOE, con un ejecutivo corto y con ciertos puntos pactados. Para González, de convocarse nuevas elecciones el PSOE sufrirá mucho, pero aún sufrirá más si pacta con Podemos.

A la falta de apoyos entre sus filas se une el último movimiento con acento andaluz. Es la voz de Fernando Rodríguez Villalobos, a la sazón presidente de la Diputación de Sevilla, referente del socialismo andaluz, y padrino de la presidenta Susana Díaz. Rodríguez Villalobos es claro, "el PSOE tiene que ir a la oposición".

La oportunidad de Sánchez

De momento, al menos eso recogían ayer algunos medios, el Comité federal del PSOE dará vía libre a "un pacto imposible", a la espera de que si el máximo mandatario de los socialistas fracasa, la responsabilidad sea de Iglesias, ya que entienden que el único objetivo de Podemos es tumbar al PSOE y liderar la izquierda.

Pese las reticencias de una parte de los dirigentes del PSOE, Pedro Sánchez ha vuelto a enviar un mensaje de diálogo a Podemos y reiniciar lo que pudo empezar el viernes pasado, pero que se vio frustrado tras la oferta de los Pablo Iglesias -vicepresidencia y varios ministerios-, y el golpe de efecto de Rajoy, al desistir de manera inesperada la investidura.

Sánchez está convencido de que renunciar al intento de liderar una alternativa al Gobierno de Mariano Rajoy sería una actuación mal comprendida por los votantes del PSOE. Esa razón le anima a recuperar las conversaciones con Podemos. Además,  el último escándalo de corrupción del Partido Popular podría abonar las tesis de Pedro Sánchez:  "millones de españoles" quieren que el PP "deje de ser gobierno", para poner "fin a la corrupción que tanta vergüenza está causando". "El hedor empieza a ser insoportable", ha dicho.

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