El pasado viernes, Manuela Carmena, la regidora del Ayuntamiento de Madrid, se presentó por sorpresa en la oficina de turismo instalada en la Casa de la Panadería, en la Plaza Mayor de Madrid, para interrogar a sus trabajadores con una rosario de preguntas. Lo más curioso, dicen estos trabajadores, "fueron las formas".
Una de las personas entrevistadas por la alcaldesa relata que "más que preguntarnos, nos interrogó... estaba nerviosa y no paraba de hacer preguntas". A su llegada, Manuela Carmena quiso saber "¿dónde se podía hacer nudismo en Madrid?, por lo que tratamos de explicarle que el plan de piscina cambia cada año y que en el mes de noviembre no sabemos dónde se puede hacer nudismo en una ciudad como Madrid", recoge este lunes El Español, no sin aclarar que en un principio el motivo de la visita de la alcaldesa era entrevistar a la directora de la oficina, pero al no encontrarse ella en ese momento comenzó con su interrogatorio.
Así pues, tras preguntar por las piscinas, pidió información por lugares donde comprar bolillo en Madrid. Y tras ello, exhorto a los empleados a "no vender solo tópicos" desde esta oficina, sino a "hacer más". Casi al final de su estancia, improvisó un "examen en francés y en inglés" para valorar "el nivel de equipo". Cuando todo el mundo pensaba que lo peor había pasado -publica El Español-, Carmena se giró de repente y dijo: "No entiendo por qué no hay flores en esta oficina".
Desde hace un tiempo, la alcaldesa de Madrid ha expresado su deseo de reestructurar Madrid Destino, empresa municipal que gestiona el turismo en la capital, así como hacer una auditoria para evaluar los resultados de estas oficinas.
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Carmena quiere estar toda la legislatura