José Carlos Remotti, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, es quien dotó a Albert Rivera de los mimbres para convertirse en un gran orador, a pesar de que rehúsa atribuirse mérito alguno.
En una entrevista con el diario El Mundo, este docente peruano recuerda cómo era el Rivera alumno y explica su orgullo de ver adónde ha llegado, aunque él nunca pensó que su camino iría hacia la política.
"Era muy competitivo, pero sabía jugar en equipo. Se notaba que venía de competir en deportes como el waterpolo. Esa capacidad de esfuerzo, de sacrificio, no era nomral. era muy solidario. Ayudaba cuando uno fallba y era muy buen estratega y orador", afirma.
La relación de Remotti con el actual líder de Ciudadanos se estrechó durante siete meses en los que aquel preparó a un equipo de otros cuatro alumnos -además de Rivera- para un concurso de debate universitario, que acabaron ganando pese a ser los más jóvenes e inexpertos.
"Desde el primer momento vi que era muy trabajador, muy disciplinado, que tenía alma de líder. Era crítico, reflexivo, analítico", recuerda. El profesor forjó a sus alumnos de debate en la retórica, es decir, el arte de convencer con las palabras, frente a la oratoria, y les inculcó el trabajo en la preparación exhaustiva de cada tema.
Los nervios, el principal problema de Rivera, solo podrían ser controlados a través del conocimiento pleno de cada asunto, preparando cada argumento a favor y en contra.
El concurso de debate lo ganaron en Salamanca con el tema de la legalización de la prostitución, que tocó defender al equipo de Rivera y que, años después, se convertiría en una de las propuestas de su partido.
Otro de los problemas del líder catalán era la rapidez al hablar: "Le decía que hablase más despacio porque la gente no entendía el tema se perdía si hablaba tan rápido".
A Remotti le ha pillado de sorpresa la conversión de Rivera en político: "Era brillante, pensaba que sería un gran abogado, pero nunca un líder político".
Eso sí, tras los triunfos acometidos por el líder de Ciudadanos en los últimos meses, al antiguo profesor de Rivera no le queda ninguna duda de su valía, y más tras escucharle en su debate frente a otro gran orador más curtido en televisión, Pablo Iglesias. "Albert, además de demostrar que es un buen político, demostró que ya tiene talla de estadista. Ya está preparado para gobernar", asegura.
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Convencido de poder ganar a PP y PSOE