Política

Las vergüenzas del PP

El ministro Cristóbal Montoro. Imagen: EFE

Esta vez Montoro se ha salido. El Ministro de Hacienda ha sufrido un arrebato de sinceridad y en el PP están que muerden. Los mismos que le ríen las pretendidas gracietas de que suele hacer gala en los debates del Congreso ahora se lamentan de su incontinencia verbal.

¿A quién se le ocurre soltar en un periódico de difusión nacional que "hay compañeros míos que se avergüenzan de ser del PP"? ¿Cómo puede expresar semejante insulto a la autoestima a su partido y a solo dos meses de las elecciones? Y, sobre todo, ¿qué necesidad tenía de hacer semejante exhibición de franqueza cuando lo suyo es decir que todo en el PP todo va bien y en España ya no digamos?

En menudo aprieto le ha puesto a sus compañeros de gabinete como Ana Pastor, que se ha declarado "ofendida" ante los periodistas que le preguntaban si ella sentía tal vergüenza. O a Pablo Casado al que nombraron en junio vicesecretario general de comunicación para que se comiera, de forma oficial, los marrones que oficiosamente ya se comía en las tertulias de televisión poniendo a favor de la causa su telegénica sonrisa, su verbo educado y su pinta de buen chaval. El pobre se ha visto obligado a recordar las grandezas de los gobiernos populares que los españoles parecemos empeñados en olvidar.

A Casado ahora le quieren para todo, incluso hasta sale en las quinielas de la sucesión de Rajoy, pero usarle como trituradora de basuras, sin posibilidad de articular un discurso propio, no creo que le haga mucho bien. Sería una pena que le quemaran en tan penosa tarea. En cambio, Cristóbal Montoro ya se da por hecho que no es el Ministro más querido entre los suyos y que al personal, en general, muy bien no le cae.

Realmente pocos ministros de Hacienda se han mostrado tan abierta y declaradamente vampíricos como él. Hacerse acreedor del doctorado Honoris Causa por la Universidad de Transilvania, después de prometer bajadas de impuestos, será difícil de olvidar por la memoria colectiva. Tampoco sus amenazas, cuando no persecución, esgrimiendo la temible Agencia Tributaria, a colectivos profesiones como los del cine o los periodistas. Y para qué hablar de los subidones del IVA en la Cultura, que han arruinado a los del teatro, y las que sufrieron las peluquerías sin venir a cuento.

Pero tengo la impresión de que cuando Montoro se refiere a los compañeros que "se avergüenzan de lo que hemos hecho" no está viendo o no quiere ver lo que realmente preocupa y sonroja a los muchos miembros del PP que no se sienten orgullosos de lo que está saliendo y lo que se dice del partido.

Ni el más ingenuo y benevolente de los ciudadanos de este país puede tragarse el relato que desde la cúpula de la formación, que hoy nos gobierna, se ha hecho de los casos de financiación ilegal y manejo de dinero negro que tan directamente les señalan aunque fuera a título de miopes deliberados o consentidores complacientes. Lo que demanda el Ministro a sus compañeros es que no caigan en el abatimiento por el desprestigio cosechado que tanto les afean por esos y otros errores en la gestión, y pongan la vista y la mente en los grandes logros obtenidos gracias a la gobernanza económica del equipo de Rajoy.

En el fondo es lo mismo que ha intentado la vicepresidenta Sáenz de Santamaria presentando en el congreso ese vídeo grotesco del enfermo terminal. Un acto descaradamente electoral en sede parlamentaria para convencer y animar a sus propios diputados a los que no deben de ver suficientemente convencidos ni animados.

Es un hecho que quienes hace cuatro años presumían de militar en el PP ya no se manifiestan con tanto orgullo. Si esto acontece entre los más próximos, qué no estará pasando entre los electores que les prestaron masivamente su apoyo en noviembre del 2011. La gran novedad es que el centro derecha ahora tiene otra alternativa a la que apoyar. Por eso Rivera ha pasado de ser "el naranjito" a convertirse en el lobo feroz.

Llámese vergüenza o decepción, ese estado de ánimo puede destrozar el próximo 20 de diciembre las expectativas electorales del PP.

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