
Y surgió la polémica de los debates televisivos con motivo de la próxima campaña electoral de las generales. Este martes, el diario El Mundo avanzaba un acuerdo entre PP y PSOE para blindar a sus dos candidatos e impedir debates a cuatro bandas con Podemos y Ciudadanos. La respuesta de los emergentes fue inmediata. La reacción del bipartidismo también. Pero en el PP podrían estar pensando en otro candidato para el debate electoral. El precio a pagar es el principal quebradero de cabeza.
Albert Rivera fue el primer dirigente en poner el grito en el cielo al conocer la información publicada donde se daba por hecho el pacto firmado entre PP y PSOE con la Academia de Televisión, a la hora de concertar los debates electorales. Debates a dos. Cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.
El líder de Ciudadanos criticó la actitud y destacó la falta talante democrático en estos tiempos que corren, a tenor del reflejo de la tendencia plasmadas en los sondeos y en las encuestas políticas. El formato clásico está desfasado, y Rivera recordaba el éxito de algunos debates de la campaña catalana en los que han participado hasta seis líderes políticos.
Así pues, situado el asunto en el centro de la polémica, desde Ferraz se reforzaba la idea compartida de Pedro Sánchez, de por supuesto debatir a cuatro. Es decir, de considerar a Albert Rivera y también a Pablo Iglesias dentro del ring de contrincantes.
Este podría ser el relato oficial del PSOE. Pero según diariocritico.com, en Ferraz se sopesaron dos sensibilidades. En primer lugar se tuvo en cuenta el coste de un confrontación con los emergentes, en la que hay mucho que perder y poco que ganar. Y por otro lado, se estudio la opinión de otro sector que apostaba por dar el paso de debatir a cuatro bandas; de manera que el PP no tuviera opción de rechazar esta propuesta y quedar así con su postura inmovilista. Finalmente triunfo el mensaje de Pedro Sánchez.
En busca de un candidato... para los debates
En el PP las cosas transcurrieron de otra manera. Antes de pronunciamientos oficiales, Esperanza Aguirre reconocía "humildemente" haberse equivocado en las municipales, al aceptar debatir con varios candidatos al mismo tiempo.
La de Aguirre era una postura compartida por la secretaria general del PP, Dolores Cospedal, quien anunció que el asunto se debatiría cuando tocara, pero que en cualquier caso se haría conforme a la normativa establecida. Es decir, solo debaten aquellos partidos que tienen representación parlamentaria.
Las afirmaciones de Cospedal no eran únicas. A lo largo del día se pronunciaban otros dirigentes ofreciendo un panel de ideas. Desde muchos debates con muchos candidatos, como dijo el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, a la postura del vicesecretario Javier Maroto quien dijo que había espacio para debates a dos y también a cuatro.
Tras este batiburrillo de propuestas populares -asegura diariocritico.com- las opciones en el PP se balancearon hacia la persona más preparada, porque la pregunta es qué gana Rajoy debatiendo con personas tan jóvenes como Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Por eso en el PP -insiste este medio- es encontrar una persona de iguales características que sus contrincantes: alguien de igual edad, preparada, elocuente, con agudeza y finura intelectual. Y la conclusión a la que parecen haber llegado es que esa persona no es otra que Soraya Sáenz de Santamaría, según gran parte de los miembros del PP. Pero también es fundamental que para no levantar suspicacias lo recomendable es que Rajoy tenga una apretada agenda.
Ya lo dijo ayer Albert Rivera cuando escuchó la proposición de Rafael Hernando de "muchos debates". El portavoz de los populares se ofreció él mismo a debatir con el presidente de Ciudadanos y con el secretario general del Podemos, "como en el pasado". "Espero que no me desprecien", ha llegado a decir. A lo que Rivera dijo que no el importaría debatir con él, pues fue quien le bautizó como Naranjito".
El líder de Ciudadanos le propuso debatir con él, ya que fue él quien le bautizó como Naranjito.