Política

Líbano, azotado por un nuevo atentado en medio de una frágil situación política

Beirut, 13 ago (EFE).- La frágil estabilidad del Líbano se vio sacudida hoy por un atentado en la ciudad norteña de Trípoli en el que murieron al menos 11 personas y otras 54 resultaron heridas, un día después de que el Parlamento otorgase su confianza al nuevo Gobierno.

Entre las víctimas mortales hay nueve militares y treinta de los heridos son uniformados, según afirmó el Ejército en un comunicado.

El suceso se produjo cuando una bomba, que contenía al menos 1.500 gramos de explosivos y que al parecer fue accionada a distancia, explosionó a pocos metros de un autobús, ocupado en su mayoría por militares, que hacia el recorrido entre Trípoli y Biblos, según dijeron a Efe fuentes policiales.

La explosión destrozó el vehículo y varios cadáveres quedaron esparcidos a su alrededor, muchos de los cuales presentaban sus extremidades mutiladas. Algunos restos humanos fueron proyectados a los techos de los edificios de los alrededores, que también sufrieron daños.

Las fuerzas de seguridad acordonaron el lugar donde se produjo la explosión, la calle Massarif, en el centro de Trípoli, una de las más concurridas de la ciudad y donde se encuentra la estación de autobuses.

Miembros de la Cruz Roja Libanesa necesitaron horas para evacuar a los heridos, que fueron llevados a diferentes hospitales de Trípoli.

En un comunicado, el Ejército afirmó que el atentado estaba dirigido de modo directo contra las Fuerzas Armadas y la paz civil.

Los líderes libaneses condenaron unánimemente el atentado, que consideraron como un acto de intimidación contra las Fuerzas Armadas y el pueblo libanés.

El presidente Michel Sleiman, antes de partir hacia Siria para cumplir su primera visita oficial a ese país desde que llegó al poder, en mayo pasado, condenó el "acto terrorista" y dijo que el ejército y la policía "no se inclinarán ante las tentativas de intimidación".

En un comunicado, renovó su llamamiento a la reconciliación y a la unidad frente a los actos de violencia e instó a las fuerzas de seguridad a acelerar las investigaciones en curso para identificar a los autores.

Por su parte, el jefe del Parlamento, Nabih Berri, condenó el atentado "terrorista y criminal" y señaló que el momento en que se produjo coincide con la visita que a Siria del presidente Sleiman, como si su objetivo fuese "impedir la normalización de las relaciones entre ambos países".

Los vínculos entre estas dos naciones se habían deteriorado tras el asesinato el 14 de febrero de 2005 del ex primer ministro Rafic Hariri, atribuido al régimen de Damasco, que se vio obligado retirar sus soldados y agentes del Líbano después de tres décadas de presencia.

El jefe del Gobierno, Fuad Siniora, instó a la unidad de los libaneses, esencial para combatir a los enemigos del Líbano.

"No nos rendiremos ante los criminales y los terroristas, y la explosión de Trípoli no tendrá impacto sobre la labor del Ejecutivo, que esta determinado a continuar su misión", dijo Siniora.

El ataque se produjo un día después de que Siniora recibiera del Parlamento la aprobación a su programa de gobierno, tras cinco días de debates marcados por fuertes diferencias entre la clase política libanesa.

Desde su sede de El Cairo, la Liga Árabe condenó el atentado de hoy en Trípoli y dijo que buscaba "desequilibrar la situación de seguridad y política en el Líbano y obstaculizar al nuevo Gobierno".

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