Política

El PSOE gira a la izquierda en busca del favor sindical y el voto del trabajador

Pedro Sánchez. Imagen: EFE.

Los tiempos difíciles obligan a buscar todos los apoyos posibles y, sobre todo, a intentar atar en corto los existentes. Tradicionalmente, el PSOE ha tenido en los sindicatos unos aliados importantes, pero la aparición de nuevas fuerzas políticas de izquierdas hace peligrar un favor sindical que resulta más necesario que nunca en este año electoral. A eso se suma el descontento de la clase trabajadora, que siente cómo muchas de las mejoras económicas llegan a costa de empeorar sus condiciones laborales. Un hartazgo que ha provocado un importante trasvase de votos de los partidos tradicionales a las nuevas formaciones.

Conscientes de ello, el partido de Pedro Sánchez se ha volcado en este Primero de Mayo, que ha hecho coincidir en el tiempo con una serie de propuestas que dan más poder a los sindicatos y escenifican un giro a la izquierda en busca de la complicidad sindical y de ese voto de la clase trabajadora que les puede arrebatar Podemos. El propio Pedro Sánchez señaló el pasado martes ante todo el grupo parlamentario que estaban ante una semana "muy importante".

Durante este viernes, el partido se multiplicó para estar visible en todos los actos mano a mano con los sindicatos. Sánchez desfiló en Valencia, acompañado de su candidato a la Comunidad valencia, Ximo Puig, y el número dos del PSOE, César Luena, acudió a un acto sindical en Logroño. La movilización de Madrid tuvo en primera línea a la secretaria de Empleo, Luz Rodríguez y al secretario de Economía, Manuel de la Rocha, a la cabeza. También acudieron los candidatos a la comunidad y al ayuntamiento, Ángel Gabilondo y Antonio Miguel Carmona.

Un despliegue de tropas acompañado de un mensaje en la misma línea de las últimas intervenciones del líder socialista: denuncia de la precariedad laboral, defensa de los derechos de los trabajadores y ataque a la reforma laboral del Gobierno. Todo ello, acompañado de un guiño ideológico con la diana puesta en el enemigo de izquierdas. La crisis interna de Podemos, destapada por la dimisión de Monedero y por el giro al centro de la formación, es una ocasión de oro que los socialistas no pueden dejar escapar. Por ahí vino precisamente el recado de Sánchez, que se refirió al apoyo de miembros de Podemos a la amnistía fiscal planteada por el Gobierno heleno de Alexis Tsipras. "Escuchar a dirigentes de Podemos defender la amnistía fiscal en Grecia no es de izquierdas", reprochó.

Cuidada puesta en escena

No es casual que Sánchez haya insistido en los últimos tiempos en remarcar como su única línea roja a la hora de buscar acuerdos de gobierno un pacto con el PP. Como tampoco lo es que Sánchez escogiese esta semana para presentar su nuevo Estatuto de los Trabajadores y anunciar que lo primero que hará si llega a la Moncloa es derogar la reforma laboral del Gobierno de Rajoy. Lo hizo haciendo aparcando su maratoniana precampaña, ante todo el grupo socialista, y con un esfuerzo pedagógico por parte del partido de explicar los detalles de una normativa que da todos el poder a las secciones sindicales en la negociación colectiva y centra sus críticas en la precariedad y temporalidad del paisaje laboral.

Con el nuevo Estatuto del PSOE, la negociación colectiva queda en manos de los sindicatos. Serán ellos, y no los comités de empresa, como hasta ahora, los que puedan negociar los convenios colectivos. Un cambio que dará mucho más poder y también más ingresos a los sindicatos, especialmente a los dos mayoritarios, ya que obligaría a incrementar su presencia e implantación en las empresas, así como aumentar el número de delegados sindicales. Eso sí, tras los escándalos en los cursos de formación en Andalucía, el PSOE también plantea nuevas reglas para "regular y clarificar" la financiación de las centrales sindicales.

La propuesta socialista incluye además tres únicas modalidades de contrato, subida del salario mínimo, y acabar con los falsos autónomos.

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