
El debate está servido. Una parte importante de los miembros de la cúpula de Podemos quiere que la bandera oficial española aparezca en los actos del partido a partir de ahora. Una propuesta que choca con la preferencia de las bases, mayoritariamente provenientes de la izquierda y de filiación republicana.
Con esta decisión, la dirección quiere dotar al partido de un carácter institucional y ocupar parte de un discurso "abandonado", asegura uno de los dirigentes a El Mundo, por la izquierda española en los últimos años. Se trataría de "normalizar" la presencia de la enseña nacional en todo el espectro político español.
Hasta ahora, en los diferentes actos de Podemos, como por ejemplo la Marcha por el cambio del pasado 31 de enero, la enseña protagonista era la bandera tricolor proveniente de la II República española, una símbolo invariable en las manifestaciones de la izquierda española en las últimas décadas.
Esta preponderancia de la bandera republicana hace que esta sugerencia de la dirección encuentre oposición en las bases del partido, que identificarían la bandera oficial rojigualda con la monarquía y el actual sistema político que Podemos ha querido cambiar desde sus inicios.
Según precisa El Mundo, esta iniciativa de Podemos habría derivado de la reacción que provocó en España la victoria en el Mundial de fútbol en 2010, cuando la bandera rojigualda cobró como símbolo una fuerza que había perdido en los tiempos anteriores.
Podemos vería en ese caso una teoría a seguir que complementaría el discurso patriótico que en los últimos meses han esgrimido tanto Pablo Iglesias como los suyos. Esto se ha visto, por ejemplo, en la redefinición del concepto de patria entendida como los españoles más que como un territorio físico o las diferentes consignas en los mitines que hasta hace poco eran impensables en la izquierda: vivas a la Guardia Civil o reivindicación de actos históricos como el 2 de mayo madrileño.
Pese a todo, por el momento se trata sólo de una idea, y los miembros de la formación han reconocido que, hasta la fecha, sólo se se ha debatido de forma informal y no como punto clave en ninguna reunión de la ejecutiva.