
Los pactos marcarán los próximos procesos electorales en España, tanto a nivel municipal y autonómico como, con mucha probabilidad, a nivel estatal.
La irrupción de los nuevos partidos -Ciudadanos y Podemos- y la desafección política de los españoles ha engrasado un escenario que ya no será propicio al clásico bipartidismo, sino que abre nuevas opciones que reclama la sociedad.
Según el sondeo realizado en abril por Metroscopia para el diario El País, podríamos esperar un claro empate técnico cuatripartito -Podemos, PSOE, PP y Ciudadanos solo se diferencian en tres puntos- si hoy se celebrasen elecciones generales. Si entre partido con el mayor apoyo a día de hoy (Podemos, 22%) y el de menor apoyo dentro de los cuatro más votados (Ciudadanos, 19,4%), solo median tres puntos de diferencia, la conclusión es clara: los pactos serán condición obligatoria para quien quiera gobernar.
El PP, que se declara formación "no pactista", reconocía este sábado por primera vez que ganar las elecciones con mayorías suficientes "no será fácil" y que "habrá que hablar". El mismo Javier Arenas, vicesecretario de Organización del partido, afirmaba que se plantearán pactos con aquellas formaciones "no antagónicas" en lugares donde no logren mayorías absolutas.
Preguntados los ciudadanos sobre este escenario de alianzas políticas, el pacto que menos aprobación concita es el llamado de la 'gran coalición' entre PP y PSOE (solo el 26% lo apoya). Por el contrario, un pacto PSOE-Ciudadanos es el mejor visto por los encuestados (un 51% lo aprueba), muy por delante de las otras opciones. Un tándem PP-Ciudadanos solo sería aceptado por el 38% y el de PSOE-Podemos por un 35%.
En general, los ciudadanos no aprueban los pactos-llave para acceder al Gobierno, y un 74% prefiere que gobierne la formación más votada con apoyos puntuales.