
El PP está apenas a 48 horas de celebrar una importante Junta Directiva Nacional. Desde que la semana pasada Mariano Rajoy, presidente del partido y del Gobierno, anunciase esta reunión, muchas han sido las informaciones filtradas desde Génova 13 acerca de un encuentro que podría suponer una revolución en la formación justo antes de los comicios autonómicos y locales.
Aunque fuentes internas insisten en asegurar que no habrá tal catarsis y que el encuentro sólo servirá para coordinar las posibles alianzas locales del 24-M, lo cierto es que hay voces que señalan a un cambio en la secretaría general como posible consecuencia de este encuentro.
Todas las miradas se centran en Maria Dolores de Cospedal (también presidenta de Castilla-La Mancha) y en Alberto Núñez Feijóo (presidente de Galicia). La primera podría ser sustituido por el segundo. Ése al menos parecía el escenario hace apenas unos días. Hoy todo parece distinto.
Desde La Voz de Galicia se asegura, citando fuentes de Santiago, que Feijóo no se marchará de su tierra y que en ningún caso ni a él ni a Rajoy se le ha pasado por la cabeza la sustitución de Cospedal. Es decir, que Feijóo seguirá con su idea de hacer política sólo desde Galicia para centrarse en su comunidad autónoma y dejar las cuitas de Madrid para los dirigentes orgánicos de la formación.
Si finalmente es así, es decir, sin finalmente Feijóo se queda en Galicia, se mantendrá de nuevo en el aire la duda de saber quién relevará a Cospedal si es que alguien lo hace.
En los últimos días se ha filtrado la petición masiva de un buen número de barones del PP de relevar a Cospedal de su puesto. Mientras, la propia Cospedal se oculta ante los medios y reduce su número de intervenciones alegando la necesidad de atender de manera más intensa sus cometidos en Castilla-La Mancha por la cercanía de las elecciones.
Entre bambalinas, sin embargo, sólo señala a un nombre como causante de todos sus males: Javier Arenas. "Se va a liar", dicen desde Génova los afines a uno y otro.
Sea por este motivo o por el miedo a perder su puesto, lo cierto es que la figura de la presidenta castellanomanchega centrará buena parte de las miradas de una Junta Directiva Nacional que podría marcar el futuro del PP en los próximos meses y, quién sabe, en los próximos años.