
"Lo que tienes que hacer [Esperanza] es venirte a Vox". La frase de Santiago Abascal, presidente de este partido, fue acogida por Esperanza Aguirre con una sonrisa y una sentencia: "¡En cuanto me echen del PP!". La actual jefa del PP madrileño no descarta saltar de un grupo político a otro, en un cambio de chaqueta que respondería a su delicada situación tras los últimos escándalos de corrupción que afectan a los populares. Rajoy, el 'killer' de la Moncloa contra la amenaza fantasma
La expresidenta madrileña se acerca cada vez más a las filas de Vox, en donde ya militan conocidos suyos como José Antonio Ortega Lara, que en su día fue secuestrado por ETA. La semana pasada, Aguirre recibió el I Premio Fundación Villacisneros -por su compromiso en defensa de los valores sociales- y allí coincidió con Abascal y María San Gil, ex del PP, en sintonía con Aguirre y también cercana a los postulados de Vox.
Tras la entrega del galardón -en un corrillo, y medio en broma muy en serio- Aguirre anunció sus intenciones a Abascal. Las risas y aplausos fueron generalizadas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde tenía lugar la gala, y parece que en Vox ya le han tomado la promesa. Eso sí, antes tendrá que ser expulsada por Génova 13, según sus palabras.
En cualquier caso, su actual relación con el Gobierno y con el PP no es la mejor. ¿O es que alguien se cree que justo ahora salgan a la luz por casualidad los casos de Francisco Granados y demás púnicos, que tocan directamente a Aguirre? Precisamente, cuando ella, desde el poderoso PP madrileño, amenaza con desbaratar los planes de Moncloa para la alcaldía y la comunidad.
El presidente, Mariano Rajoy, es un político implacable con sus enemigos: tiene la culata llena de muescas. Su próximo plan podría ser acabar con Aguirre, y esto le abriría las puertas de Vox a la lideresa. Quizá por eso se reían Aguirre y Abascal el pasado martes, proyectando su posible alianza política.