
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha despedido de su cargo pidiendo al PSOE que sea "ejemplar" y coherente con sus principios y recordando que cuando no lo han sido lo han pagado caro, en un discurso personal, con apenas autocrítica, en el que ha dejado claro su apoyo "total" e "incondicional" a su sucesor Pedro Sánchez.
"Soy socialista y lo seré hasta el final de mis días", ha explicado Rubalcaba en su discurso, en el que ha recordado a los sectores más golpeados por las dificultades en la sociedad española. "Por ellos abandono la primera línea de la política, pero nunca mi compromiso político", ha indicado.
Pérez Rubalcaba ha tenido un momento para recordar su trabajo en el Gobierno de Felipe González, de quien confiesa haberlo aprendido "todo". Y también junto al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que le permitió "trabajar en el final del terrorismo".
Emocionado
El exvicepresidente ha culminado emocionado su discurso agradeciendo al partido toda su carrera política: "El PSOE no me debe nada, yo se lo debo todo al PSOE".
El exsecretario general del PSOE también ha recordado la labor de Pere Navarro en la propuesta de reforma federal de la Constitución que cristalizó en Granada el año pasado.
"La reforma de la Constitución solventaría el problema de las CCAA, es una propuesta que no olvida la igualdad entre los ciudadanos españoles, vivan donde vivan. Esta es la única vía posible para resolver el problema territorial del país", apunta.
Acción política
Rubalcaba ha avisado a los suyos de que la acción del PSOE se sustenta en tres patas: partido, proyecto y principios, y ha avisado de que estos "no basta con tenerlos, hay que vivirlos y practicarlos" en el día a día de la acción política: "Cuando no se vive como se piensa se termina pensando como se vive", ha dicho.
Así, ha recetado a los suyos coherencia, lealtad -empezando por los propios compañeros- y defender siempre los intereses generales, y ha recalcado que olvidar esos principios les ha traído a los socialistas "muy malas consecuencias".
"Los españoles no nos perdonan que lo hagamos y hacen bien, a la izquierda se le tiene que medir por la propuesta política y la calidad de su liderazgo pero sobre todo por el respeto a sus principios y sus valores, los socialistas tenemos que ser ejemplares todo el día", ha avisado.
El líder saliente ha reconocido que la relación del PSOE con el poder siempre ha sido difícil, y ha pedido a los socialistas que tengan presente que si quieren tener el poder es para dárselo a quienes sólo tienen el poder de la democracia. Así, ha recomendado "subordinar los intereses personales a los del partido" y estos a los del interés general.
"Somos la izquierda que quiere gobernar, que no se conforma con estar en la calle mientras gobierna la derecha", ha dicho, convencido de que los ciudadanos no les votarán por lo que han hecho sino por lo que son capaces de hacer.
Y además, ha dejado clara su confianza en las posibilidades electorales del PSOE, subrayando que es "el único partido que no tiene que esconder lo que piensa ni prometer lo que no va a hacer para ganar unas elecciones".