
"Esto ya era necesario", ha comentado el Rey a su círculo más íntimo de amistades, para quien la abdicación del Rey no ha sido una sorpresa, si bien el monarca, aseguran, es una persona estrictamente celoso de la estabilidad de la institución que encarna. "O abdicaba ahora o tenía que esperar dos años", ha dicho. Las últimas horas de un rey.
Así lo recoge el diario El Mundo haciéndose eco de los testimonios de personas que lo conocen y tratan con él con cierta asiduidad. La abdicación estaba sobre la mesa del monarca desde hace mucho tiempo, apuntan estas fuentes, aunque fue en enero cuando realmente se tomó la decisión. El complicado calendario político de aquí a finales de 2015, cuando están previstas las elecciones, ha precipitado los hechos.
Cuenta el diario madrileño que sus problemas de salud y la perceptiva de un largo periodo marcado por las citas electorales han sido determinantes. Al Rey, explica uno de sus próximos, "le hubiera gustado cumplir 40 años de reinado pero el calendario no se lo permitía".
Juego de barquitos
En enero, y tras su discurso en la Pascua militar, el Rey le comunicaba a su hijo su intención de abdicar. A partir de ahí comenzó una suerte de 'juego de barquitos', como relata uno de sus amigos, para encajar las piezas y encontrar la fecha más propicia. Y huecos, redunda este testimonio, "había pocos". Lo que en ningún caso quería el soberano era interferir en un proceso electoral o un debate de enjundia política. Así pues, se descartó la primavera por estar ocupada por las elecciones europeas. El verano tampoco era un buen momento con los Presupuestos Generales a la vuelta de la esquina. El mal resultado en las urnas de los socialistas y tomada la decisión de Rubalcaba, el paso se antojaba inmediato.
"El paso del Rey necesitaba del respaldo sólido de populares y socialistas; los primeros no ofrecieron dudas, los segundos con Rubalcaba todavía a la cabeza, tampoco". Tanto es así, aseguran las fuentes consultadas, que Alfredo Pérez Rubalcaba aplazó hasta mediados de julio su marcha definitiva para garantizar el apoyo de su partido al Monarca y a la estabilidad institucional. El último tributo al Rey.
Asegura su círculo, que su Majestad se encuentra en estado de calma, y está aliviado de haber dado el paso, confiado en que su hijo, el futuro Rey, demostrará estar a la altura. Pero, añaden las mismas, "todavía deberá pasar la etapa de duelo". En realidad "va a dejar algo que forma parte de su vida, abandona el trabajo que lleva en la sangre y que ha desempeñado desde que era niño. El Rey, como todos, es humano". En su entorno dan por hecho que don Juan Carlos mantendrá el título de Rey y el tratamiento de Majestad. "Sería reconfortante porque siempre ha mantenido que un Rey lo es hasta el día de su muerte", afirman.
Este jueves, una encuesta encargada por el diario ABC, asegura que nueve de cada diez españoles ven a don Felipe preparado para asumir la Jefatura de Estado.
El desmentido de Zarzuela: ni la salud ni las elecciones
El resultado de las elecciones europeas no influyó en la elección de la fecha elegida para la abdicación de don Juan Carlos, que según fuentes de la Casa del Rey fue decidida a comienzos del mes de abril, de acuerdo con el Gobierno, para no interferir en el calendario político y parlamentario.
Un portavoz de Zarzuela ha negado hoy, de forma tajante, que la salud del Monarca haya influido en la decisión de su renuncia, que el Rey adoptó en enero, tras cumplir 76 años, y que no comunicó al presidente del Gobierno, y unos días después, al líder de la oposición, hasta finales de marzo.
Para entonces ya se había madurado en la Casa del Rey un complejo proceso para ir preparando una renuncia de la que no hay precedentes históricos, como no los hay para la situación en la que quedará don Juan Carlos cuando su hijo sea proclamado como Felipe VI.