
El senador Francisco Granados deja la política al día siguiente de que saltara a los medios la noticia de que poseía una cuenta en Suiza con al menos 1,5 millones de euros desde 1999. El propio rotativo El Mundo aseguraba que la cuenta fue descubierta en un rastreo rutinario del Ministerio de Justicia para prevenir actividades ilícitas como el narcotráfico. Gallardón es el ministro de Justicia. Y la primera reacción de Granados al ser interpelado tras la revelación fue "no pienso dimitir". Granados dimite
Pocas horas después de la revelación, el PP emitió un poco entusiasta comunicado "a petición del senador del GPP, Francisco Granados", en el que éste manifestaba que todos sus ingresos y patrimonio están declarados a Hacienda y en la web del Senado y que sí existió una cuenta a su nombre entre 1996 y 2000 "como consecuencia" de su "actividad profesional en banca de inversión, anterior" a su entrada en política.
El convulso paso por Valdemoro
¿Acaso quienes trabajan en banca de inversión han de tener por fuerza una cuenta en Suiza? Se da el caso de que en 1999, Granados fue elegido alcalde de Valdemoro, población del extrarradio de Madrid, con gran actividad urbanística por aquellos años, cargo en el que permaneció hasta 2003.
En la Red se puede rastrear perfectamente el paso de Granados por la política municipal, que abandonó en 2003 al salir elegido diputado madrileño en las elecciones del "tamayazo". Hubo un incidente oscuro, el incendio del automóvil de su esposa, que resultó ser propiedad de la empresa Grandes Locales de Negocios S.L., una constructora local contratista del ayuntamiento, que había construido también la vivienda en que vivía el alcalde.
Wikipedia informa, citando un reportaje de Interviu, de que esa vivienda/mansión de mil metros cuadrados estaba edificada sobre seis parcelas en que el Plan General permitía construir seis chalés de 260 metros cuadrados cada uno. El retrato del personaje queda bien perfilado.
Espionaje a Ignacio González
La carrera de Granados en la Comunidad de Madrid fue meteórica: en 2004 fue secretario general del PP de Madrid, cargo en que se mantuvo hasta su destitución en 2011.
Consejero de Esperanza Aguirre, protagonizó desde la consejería de Interior el escándalo del espionaje: en 2009, se comprobó la existencia de una trama que espiaba los movimientos de Ignacio González, Manuel Cobo y Alfredo Prada; el caso está todavía abierto en los tribunales, pero en términos políticos ha producido una devastación en el crédito de todos los afectados.
Comenzó una guerra abierta en el seno del equipo de Esperanza Aguirre que acabó con la defenestración en 2011 de Granados. Ahora, la noticia de esa cuenta suiza es atribuida por éste a la "guerra sucia" que estarían promoviendo contra él sus antiguos conmilitones. Quien a hierro mata?
La normalidad de dimitir
Bienvenidas sean estas guerras si sirven para desvelar corrupciones o actos impropios. En esta ocasión, el PP no se ha dado por satisfecho con las explicaciones de Granados sobre la cuenta suiza, que queda sin justificar. Y Granados no ha tenido más remedio que marcharse. Desde luego, los ciudadanos no lloraremos su marcha: más bien al contrario. Porque algún día llegará el momento en que, como en las democracias de alrededor, cualquier paso en falso económico habrá de suponer el mayor ostracismo y la salida de la política de quien lo dé. No es de recibo que al ser sorprendido un hombre público con una cuenta en suiza reaccione poniendo pie en pared y asegurando con el mayor desparpajo que por esa nimiedad no piensa dimitir.