El archivo de la causa por el escrache a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha contentado a ningún miembro del Gobierno aunque ella defiende que lo respeta y acata. Por esta razón, el ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, ha anunciado que estudiarán una posible modificación ya que, en su opinión, la "legislación española sí protege la inviolabilidad del domicilio" y en este caso "sí se produjo una violación de esa inviolabilidad".
Según publica El Boletín, aunque Gallardón asegura que el Gobierno "acata" la sentencia, ha admitido no estar de acuerdo con la misma: "El Tribunal Europeo de Derechos Humanos si algo garantiza es que el domicilio no puede ser objeto de ningún tipo de agresión". Por esta razón, ha dejado la puerta abierta a una modificación legal en materia de escraches.
Santamaría lo acata
Por su parte, Sáenz de Santamaría, ha afirmado hoy que respeta y acata el archivo del escrache ante su domicilio, aunque ha dicho que los derechos a manifestarse y la libertad de expresión "tienen un límite: los derechos de los demás", en referencia a familiares y vecinos. "Es una decisión judicial que acatamos. Yo la acato. Eso es el Estado de derecho", ha asegurado la vicepresidenta.
No obstante, Sáenz de Santamaría ha explicado que las personas con una actividad pública tienen que "escuchar y atender críticas" y que el derecho de manifestación y de libre expresión "hay que respetarlo al límite", pero, ha continuado, existe otro escenario que es el privado en el que también están incluidos los familiares.
"Creo que los derechos no son ilimitados. Tienen un límite, que son los derechos de los demás", ha agregado, antes de explicar que "algunos son menores".
Ha insistido en que, "con independencia de cualquiera que sea la persona que se vea en una situación similar", hay un terreno de la vida pública o política en el que existen "cantidad de instituciones para manifestarse delante de ellas" y otro espacio que "es mucho más personal o familiar, en el que hay terceros implicados: familiares y vecinos que también tienen unos derechos que deben ser respetados". "Ese es el punto de equilibrio que yo entiendo", ha concluido.