Política

Rajoy y Urkullu se reunieron el martes en Moncloa para tratar el final de ETA

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, se reunieron en la noche del martes, en un encuentro en el que ambos abordaron, fundamentalmente, el final de ETA. Este jueves, un diario nacional adelanta el ofrecimiento que Urkullu hizo a Rajoy: un plan de excarcelación total para ETA, siempre que la banda terrorista se disolviera.

La cita, según han confirmado fuentes conocedoras del encuentro, se desarrolló por espacio de hora y media. Aunque ambos dirigentes intercambiaron impresiones sobre distintos asuntos, el fin de ETA centró la mayor parte de la reunión.

El encuentro se celebró la noche antes de que el presidente vasco haya participado en un encuentro informativo en el que, precisamente, ha eludido confirmar si en encuentro se había celebrado o no.

Un silencio pactado

Ambas partes han optado por la guardar silencio en relación con los detalles de esa entrevista. El propio lehendakari ha confesado este miércoles que el Gobierno le ha pedido discreción, una solicitud que espera que sea correspondida con hechos en cuanto a la flexibilización de la política penitenciaria.

"Es necesario el diálogo", ha señalado este miércoles Urkullu, que no entiende el "inmovilisimo" porque "no aporta nada" y sabe "muy bien quién es acreedor y quién es deudor", aunque en el turno de preguntas ha explicado que no se refiere sólo al "inmovilisimo por parte del Gobierno español".

Este encuentro se produce en un momento donde las críticas al PP por su política antiterrorista crecen. El adiós de Mayor Oreja a las europeas. Las duras palabras de María San Gil... Tal es el frente al Gobierno que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría viajó  a respaldar a Arantza Quiroga para defender al Gobierno de 'los duros' y de los críticos con la política antiETA.

Pasos y peticiones

A la cuestión sobre si ha pedido o va a pedir a Rajoy el acercamiento de presos a Euskadi, ha dicho que "hay que tener en cuenta la incidencia que una política de dispersión y alejamiento supone en lo que es la convivencia social, política e institucional en Euskadi", dónde se "vive de manera muy propia" y "distinta al resto del Estado".

Ha recordado que el planteamiento de acercamiento a las cárceles vascas "viene de la década de los 90" y uno de los objetivos que puede tener es el de "no provocar el victimismo de ese mundo", al tiempo que ha criticado a "los sectores que actúan como si nada hubiera cambiad"» tras el cese definitivo de ETA decretado hace más de dos años.

El planteamiento del Gobierno vasco, ha precisado, "está basado en una aspiración que es el final definitivo de ETA, e lo que es la disolución de ETA", pero para ello "hay que ir de una manera ordenada" porque será "el final ordenado de la violencia" y de sus "consecuencias", para construir un "proceso de convivencia".

Además del final de ETA, Urkullu ha planteado el "desarme ordenado, completo e incondicionado", "el reconocimiento del daño injusto causado" y "la necesidad de construir una memoria".

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